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El parrillero del Joxe Mari (Orio) asa pescados a la puerta del local. Lobo Altuna
Al calor de la lumbre

Al calor de la lumbre

Los asadores recobran la magia gracias a un puñado de cocineros apegados a la tradición de la brasa, el horno y el pescado de calidad

gaizka olea

Lunes, 20 de agosto 2018, 18:27

Es mediodía y algunos hombres se preparan para encender el fuego. Como un rito antiguo que recuerda a hogares de otros siglos, e incluso más allá, a las cavernas, los cocineros de los asadores vascos avivan la llama incierta que quemará el carbón del que ... obtendrán la brasa. El verano, la estación de los mejores pescados, es también la estación de las parrillas, ese lugar en el que se asan besugos, lubinas, merluzas, rodaballos... todo aquello que dé el mar. También carne, chuletas macizas, pero si los asadores vascos alcanzaron fama fue por el pescado. Este reportaje reúne a cocineros y propietarios de nueve restaurantes de la costa; hay más, pero tampoco tantos, gente que sigue la tarea emprendida por sus abuelos y que, con una insólita modestia, achacan todo el mérito de su oferta al género.

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