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Vinos de Nueva Zelanda? Pues sí. No sólo es uno de los países más aislados de la Tierra sino también un productor de vino de calidad, una revelación en el mundo enológico pese a ser un recién llegado. Su ubicación geográfica, con sus dos islas, ... sus climas, la diversidad de regiones y la pasión de sus productores han dado a muchos de sus vinos, cristalinos y refrescantes, un gran reconocimiento internacional. Para dar a conocer este país vitivinícola la escuela Artean Wines organizó un monográfico de la mano de María José Huertas Vega, sumiller del Casino de Madrid desde hace 20 años, ingeniera Técnica Agrícola por la Universidad Politécnica de Madrid y ganadora del Premio Excelencias Gourmet 2019.
«Estamos en la zona con los suelos más jóvenes del planeta, en el Nuevo Mundo, donde las nuevas tecnologías y la eterna búsqueda del placer han desembocado en vinos modernos y muy expresivos», explica Huertas. Actualmente el conjunto de la industria está altamente comprometida con la sostenibilidad.
La mayoría de las bodegas son de tamaño medio y pequeño. «De las 744 registradas en 2022 solo 16 producen más de 4 millones de litros», aclara la sumiller. Se cultivan 41.600 hectáreas para elaborar 285 millones de litros (en España se ha superado la barrera de los 4.000 millones de litros). El 80% de la producción son variedades blancas, con Sauvignon Blanc por encima de todas (79%) seguida por Chardonnay y Pinot Gris. En relación a las tintas, Pinot Noir (73%) es la mayoritaria, seguida por Melot y Syrah. El 80% de sus vinos son exportados en un rango de precios medios, altos o muy altos. Además de vinos tranquilos también elaboran un 18% de vinos espumosos.
María José Huertas presentó nueve vinos de distintas zonas del país para «beber ese otro mundo de vinos con carácter». Aquí están sus recomendaciones:
Hunter´s Miru Miru Reserva (Pinot Noir, Chardonnay, Pinot Meunier) 2017. Vino espumoso de la zona de Marlborough, la región insignia de Nueva Zelanda en el mundo, la de mayor número de bodegas (160) y más superficie destinada al cultivo de la vid (29.400 ha). Hunter's es una de las bodegas más prestigiosas, dirigida por una mujer que continuó con el proyecto conjunto a la muerte de su marido. «Es un vino de burbuja fina intenso en nariz, con aromas de fruta blanca madura. Muy fragante. En boca melocotón cítricos manzana. Muy fresco», brinda Huertas.
Palliser Estate (Sauvignon Blanc) 2021. Martinborough. En esta zona la Sauvignon Blanc alcanza su máxima expresión. «El vino ha estado dos meses sobre lías y presenta una nariz intensa con fruta de la pasión, maracuyá, cítricos. En boca entra con textura y cuerpo y muy buena acidez».
Lawson´s Dry Hill (Sauvignon Blanc) 2021. Marlborough. La clave del éxito de esta región son sus antiguos suelos de origen glaciar que proporcionan muy buen drenaje. «En nariz presenta notas florales, hierbas verdes frescas. En boca, herbáceos y toques de verduras. Es un vino salino y muy gastronómico».
Neudorf Tiritiri (Pinot Gris) 2021. Nelson. El clima en esta zona es suave con muchas horas de sol. Neudorf es una de las grandes bodegas de la región y se atreve con el Pinot Gris en este vino envolvente y delicado. «Con nariz a flor seca, pimienta blanca y agua de rosas. En boca aparece la fruta madura con notas salinas y buena acidez».
Milton Te Arai (Chenin Blanc) 2015. Gisborne. Esta zona, al sureste de la Bahía de Plenty, produce alrededor del 10% de la uva neozelandesa. Este vino de Chenin Blanc presenta aromas a lima y gardenia. «La proximidad al mar le confiere características especiales porque la niebla marina ayuda a la aparición de brotytis redondeando su paleta aromática dotándolo de un sutil dulzor».
Neudorf Tiritiri (Chardonnay) 2019. Nelson. Sus suelos son en general franco limosos con gravas y una base arcillosa lo cual hace que retengan bien el agua. «En este vino se detecta su crianza en barricas de roble francés, donde ha permanecido 10 meses sobre sus lías. Buena armonía entre roble y fruta. Envolvente en boca, frutal y elegante».
Palliser Estate (Chardonnay) 2020. Martinborough. Ha permanecido 10 meses en barrica sobre sus lías. En nariz aparecen flores, cítricos, vainilla turrón y herbáceos. «Es redondo y cremoso al paladar con un toque de nuez y galleta. Denso y opulento con un final salino».
Quartz Reef Single Vineyard (Pinot Noir) 2018. Central Otago. Es la zona más austral del mundo y que más contraste presenta con el resto de las zonas del país, pues además de ser la de mayor altitud, tiene un clima semi-continental. Este Pinot Noir es de la zona más fría, elaborado en orgánico y biodinámico. «Ha permanecido 21 días sobre lías y pasó a barrica de roble francés para envejecer 12 meses. En nariz aparece la frambuesa y la cereza. Es largo y delicado. El perfecto Pinot Noir del Nuevo Mundo».
Lawson´s Dry Hills Reserva (Pinot Noir) 2017. Marlborough. Otro Pinot Noir con identidad. Con color más oscuro y complejos aromas de frutos rojos, bayas y suelo de bosque. «En boca es sedoso y aparecen las frutillas del bosque. Su tanino es maduro y envolvente», concluye Huertas.
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