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Primero llegó la 18/70, así sin más, sin especificaciones, más allá de nacer como homenajear a la cultura gastronómica vasca. Pero pronto esa cerveza producida de forma limitada en barril comenzó a tener su versión en botella y, casi de seguido, distintas ediciones aun ... más limitadas. Así fueron apareciendo en el mercado La Rubia (la primera embotellada, en 2019), La Gilda y La Nuestra, cervezas pensadas para beber y comer, para maridar más que para ser ingeridas de forma rápida. Este otoño la protagonista de la casa es Urria, que apuesta aún más que las anteriores por los ingredientes de kilómetro cero y que se convierte en todavía más exclusiva: solo hay doce mil botellas de esta cerveza artesana. Llegarán a las barras de 60 locales de hostelería de País Vasco y Navarra.
El cambio es grande. La Rubia ya no es tan rubia, ni tan clara ni límpida. Ahora es un poco más turbia, tiende más a tostada, el arco de aromas y sabores es muy diferente y sus componentes y su elaboración –en las instalaciones de la cervecera artesana de Mungia Boga– llevan todos los apellidos vascos. Es «una cerveza que rinde homenaje al otoño y de forma simbólica invita a los consumidores a disfrutar de un Oktorberfest con ingredientes del País Vasco», como dice Borja Bermúdez, de Heineken España S.A.
Urria hace referencia a octubre y también a la escasez, dado que la tirada es la mitad de, por ejemplo, La Gilda. Es una cerveza tostada inspirada en el estilo Märzen característico del Oktoberfest, la gran fiesta de la cerveza. Tiene una graduación alcohólica de 6º (un poquito menos que otras ediciones limitadas anteriores de la 18/70) y en el vaso se aprecia un color rojizo, el aroma dulce, el sabor profundo y maltoso, con notas tostadas y de caramelo «en un equilibrio perfecto que celebra la tradición cervecera bávara». Pero de bávara no tiene nada: si de algo presume Urria es de local. Totalmente local. Agua, malta y lúpulos vascos. Estos están certificados por la empresa de biotecnología Aleovitro.
En Boga se celebraba este martes la presentación en sociedad de 18/70 Urria con un sarao en el que, para empezar, la maestra cervecera de la marca mungiarra explicaba la importancia de lo local en la fabricación de sus cervezas, entre las que ya se puede considerar esta edición limitada. «Nuestro valor es la cerveza artesana con cuidado de la materia prima local. Las maltas alavesas, los lúpulos de plantaciones de Euskadi», decía Alba Donadeu. Si el ciclo habitual de elaboración es de hasta seis semanas, Urria ha tardado solo cuatro. «Ni se pasteuriza ni se filtra. Por todo eso hay que consumirla cuanto antes, mejor».
Y al consumirla, para lo que no hace falta servirla muy fría –al calentarla un poco en el vaso salen más los aromas y sabores específicos de esta receta muy otoñal–, se aprecia que es una bebida de alto potencial gastronómico, perfecta para acompañar algunos platillos propios de las barras y mesas vascas. Por eso, dentro de las acciones que la 18/70 tiene preparadas para dar a conocer la nueva edición limitada, hay una serie de catas o «experiencias sensoriales» programadas. Se trata de catas maridadas de la mano de la maestra cervecera Alba Donadeu, que dirigirá la degustación de 18/70 La Rubia y 18/70 Urria en compañía de pintxos creados para la ocasión en Olatu Gain (Zarautz), La Muga, Toma y Daka y Clandestino (Bilbao), Topa, Lobo Gros y Azoka Donosti (Donosti), Baserri Berri y Botánico de Pamplona (Pamplona). Las personas interesadas pueden acceder a estas catas, de aforo limitado, participando en un sorteo de entradas. Toda la información está disponible en www.octubreaquisediceurria.com.
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