Vista del nuevo viñedo de Roda en Cellórigo, que sigue las curvas de nivel para aprovechar mejor el agua y frenar la erosión.

Roda siembra futuro en los confines de Rioja

La bodega hace frente al cambio climático con un viñedo ecológico capaz de frenar la erosión y contener el grado alcohólico del vino

guillermo elejabeitia

Viernes, 1 de octubre 2021, 00:45

De las cepas que Roda acaba de plantar en los confines de Rioja saldrán grandes vinos a partir de los años 30. «Normalmente habría que esperar tres décadas para llegar a la calidad que buscamos, pero con este viñedo podremos obtenerla en diez años», explican ... Agustín Santolaya e Isidro Palacios, director general y director de vitícultura de la bodega. No es que quieran hacer las cosas con urgencia, pues «la prisa nunca ha sido parte de nuestra filosofía». La razón de que este pago entre Cellórigo y Foncea, en la zona más fría de la denominación, sea una especie de «máquina del tiempo» para el vino está en las serpenteantes líneas que dibujan el viñedo.

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Roda (Haro)

  • Dirección Avenida Vizcaya, 5 (Barrio de la Estación)

  • Teléfonos 941312187/669776564

  • Web roda.es.

La bodega riojalteña es una de las primeras del país –y probablemente del continente– en adoptar el sistema de plantación 'keyline', o línea clave, que consiste en sembrar siguiendo las curvas del nivel del terreno. Se consigue así retener el agua de lluvia, drenarla mejor por toda la finca y atajar la erosión del suelo. La técnica, surgida en Australia en los años 50 para frenar la desertización, podría marcar el futuro de la viticultura ante un calentamiento global que supone para el mundo del vino el mayor desafío desde la filoxera.

En la esencia de la bodega presidida por Mario Rotllant está explorar caminos insondados y adelantarse al futuro. Su aterrizaje en Haro a finales de los 80 fue saludado como un soplo de aire fresco para la denominación. Roda formó parte entonces del pequeño grupo de pioneros que defendían el regreso al viñedo cuando el prestigio de Rioja se diluía en millones de litros de vino barato. Mientras en muchos pueblos se arrancaban cepas centenarias para plantar clones, el equipo dirigido por Agustín Santolaya e Isidro Palacios exploraba la región al rescate de fincas singulares y variedades autóctonas.

María Santolaya, Isidro Palacios, Esperanza Tomás, Agustín Santolaya, Lidia Martínez. Carlos Díez y Mario Rotllant, en el viñedo.

Ese esfuerzo de salvamento les ha permitido acumular un vivero de cepas más resistentes y mejor adaptadas al terreno que han bautizado como Familia Roda 107. Lejos de guardar para sí lo que podría ser una gran ventaja competitiva, se han dedicado a compartir ese conocimiento con sus vecinos para frenar de alguna manera el proceso de homogenización que empobrece no solo la viticultura, sino la agricultura en general.

Con hasta 25 biotipos distintos de Tempranillo han sembrado la finca del Llano de la Cuesta de la Cruz, un pago de diez hectáreas a los pies de los montes Obarenes que supone su mayor expansión en Rioja hasta la fecha. El espectacular viñedo –que la bodega presentó con una travesía en globo para apreciar a vista de pájaro el sistema 'keyline'– es la pieza clave de su estrategia para adaptarse a la nueva realidad climática de Rioja.

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Tres mujeres al frente

Si hace tres décadas esta zona de la Obarenia quedaba fuera del mapa de parcelas singulares por su clima extremo, ahora «ofrece un terroir idóneo para los Rodas del futuro». En esa batalla por bajar el Ph y contener el grado alcohólico del vino andan inmersas cientos de bodegas de todo el mundo. No pocas se han lanzado a colonizar regiones fronterizas o apostar por variedades autóctonas; Roda ha hecho ambas cosas sumando además un sistema de plantación respetuoso con el terreno. «Así obtendremos tres cosechas al año, de vino, de agua y de suelo», explican las tres mujeres que lideran el proyecto, Esperanza Tomás (directora de I+D+i), Lidia Martínez (responsable de viticultura) y la ingeniera agrónoma y enóloga María Santolaya.

Todavía no saben si las cerca de 50.000 botellas que se calcula que saldrán del Llano de La Cuesta de la Cruz llevarán una nueva etiqueta o pasarán a enriquecer los coupages de Roda y Roda I. Hay cosas en una bodega para las que es mejor no adelantarse.

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