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Más de dos centenares de cuadrillas se han reunido la mañana de este domingo en el parque Uriguen de Mungia para participar en el Campeonato de Sukalki de Euskadi, que da el brochazo final a las fiestas de San Pedro. Se trata de la edición número 56 de un concurso en el que se juntan la gastronomía, música y varias generaciones de la localidad. Es un día festivo en el que se compite por resultar vencedor del concurso, aunque quizás esto último se trate del aspecto menos importante del día. La gran novedad es que para incentivar el relevo generacional, los veteranos y los menos expertos compiten por separado.
«Este es el séptimo u octavo año en el que participamos», explica Iker Pozo, que, junto a sus amigos, ha llegado al parque Uriguen a las cuatro y media de la mañana para empezar a cocinar. Siete horas más tarde, ahí seguía dándole fuego a la cazuela. Él es el gran artífice del plato que han evaluado al mediodía los jueces del concurso, aunque, como esto es un tema de cuadrillas, sus amigos no dejan de ayudarle en todo momento. «Nunca hemos conseguido ganar; una vez quedamos en el puesto 13, pero es que hay gente que cocina muy bien». Todo hay que decirlo, el año en el que lograron esta clasificación «se presentaron más de 300 cazuelas».
Muchas veces se ha considerado a la gastronomía el séptimo arte, y en el caso del Sukalki, la receta del estofado de carne vizcaíno por antonomasia, hay varias formas de cocinarlo. Según Pozo, hay tres aspectos esenciales a tener en cuenta: «Mucho tiempo, buen género y un poquito de gusto». Los ingredientes principales de esta receta son la carne de zancarrón, la patata y la salsa, hecha de verduras entre las que la cebolla tiene un importante peso. «Al principio hay que marcar la carne, pochar la verdura, y hay que hacerlo como antaño, con fuego muy suave. Vas elaborando poquito a poco, guisando la carne con un buen caldo… la patata y la carne tienen que ser de proporciones parecidas», ilustra Pozo.
No es la primera ocasión en la que la cuadrilla de Amaia Maurolagoitia compite en el tradicional concurso, pero sí que se trata de la primera en la que lo hace en su nueva modalidad, destinada a los participantes menores de 30 años de edad. Es una nueva forma de incentivar la participación de los jóvenes, ya que así tienen más probabilidades de ganar.
Entre risas, Amaia relata que «no sabemos cuál es nuestra mejor clasificación. Creemos que este año nos va ir mucho mejor». No obstante, ella y sus amigas ilustran lo que significa un día así: «Lo más importante es que estemos aquí todos juntos, ayudándonos y pasándonoslo bien».
La Diputación y el Ayuntamiento de Mungia han organizado un estrategia especial para recoger los residuos que se generen en el concurso. «Por un lado se ha hecho un reparto de bolsas para que la gente sea consciente de la basura que se genera en estos eventos y puedan clasificarla para que después se depositen en los contenedores correctos», explica Xabier Otxoa, monitor del aula medioambiental de Artigas.
Junto a las dos entidades colabora también Sare Berdeak, que desarrolla una campaña para desarrollar unas fiestas más sostenible. Llevan a cabo una encuesta en el parque para saber cuántos residuos generan las personas, y entre los que respondan las preguntas, sortean una comida para 15. «Cualquier actividad de concienciación, visualización siempre es bueno. Vamos a estar en otros dos eventos en Bizkaia y vamos a incentivar a que se utilicen los contenedores para que no quede la basura desperdigada, porque cuando acaba la fiesta de muchos, empieza el trabajo de otros muchos», relata Olaia Saenz, de Sare Berdeak.
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