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Se estaba poniendo plomiza la tarde. 36 grados chivaba el termómetro en la tribuna de Dato. Pasaban las cuadrillas con gesto aplatanado, derrotadas por la calorina. Volaban las jarras de mano en mano pero ni por esas. No estaba la cosa para un exceso de brincos. En especial para los que venían con la batería baja por la farra nocturna. «Mucha tónica con limón exprimido estamos sirviendo. Eso es que hay resaquita», analizaba con precisión de cirujano Mel, la sheriff de Río. Menos mal que (a falta de toros) hubo capote. Climatológico en esta ocasión. A las 17.27 horas descargó un chaparrón de los buenos. Y se hizo el milagro.
El maná caído del cielo reactivó a blusas y neskas. Como un resorte. Algunos, como Tazo de Okerrak, se quitaron la boina, abrieron la boca hacia el cielo y renacieron en este paseíllo hacia ninguna parte por culpa de los políticos fanáticos de lo políticamente correcto.
Bajo el chaparrón arrancó el 'Viaje con nosotros' de la Orquesta Mondragón a cargo de la espectacular charanga de Jatorrak. Los Espontáneos se hacen llamar. Y la Dato bailó bajo la lluvia. «Vamos mojados por dentro y por fuera», ratificó un blusa de Zintzarri. A Alvarito, de Gasteizko Margolariak, los ojos le delataban. «¿Que cuánto he dormido? Seis horas, bueno cinco... A ver, cuatro». Menos mal que se marchó porque la cuenta hubiera bajado algún dígito más. Con un ron cola en cada mano, por cierto. Acaparador.
Los dos novatos de esta feria, Mozkorraldi y Gautarrak, demostraron que aunque cuentan con pocos en sus filas a energía nada tienen que envidiar. Como el camión vintage de los Luken, la superfurgoneta del equipo A de Los Alegríos, que los días previos durmió en Salburua, o el trampantojo de carruaje sacado a pasear por Los Desiguales. Atención al expediente X detectado en esta cuadrilla. Uno de sus miembros marchó ataviado con lo que parecía un abrigo de astracán, o algún sucedáneo plástico parecido. E iba tan ricamente. Este periódico se compromete a estudiar este fenómeno más concienzudamente en La Blanca, para la que tan sólo faltan nueve hojas del calendario.
Y las ganas de fiesta están más que aseguradas. Ya lo suscribieron los Nekazariak, cuya txaranga Los Tocados desatornilló de sus asientos a todo quisqui con el (único) megahit de aquel inclasificable dueto llamado Sonia y Selena. El 'Yo quiero bailar'. Pues eso.
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