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Vudú

Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.

Miércoles, 4 de abril 2018, 23:32

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Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.

Andrés Martínez Casares - REUTERS
Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.
Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.

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Andrés Martínez Casares - REUTERS
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Andrés Martínez Casares - REUTERS
Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.
Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.

Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.

Andrés Martínez Casares - REUTERS
Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.
Los seguidores vudú, vestidos de blanco, sacrifican toros, gallinas o cabras y se untan el cuerpo con su sangre para sumergirse después en una piscina sagrada, llamada Loa, el espíritu que ayuda a gobernar el universo. El vudú fue creciendo entre los haitianos a partir de rituales de los nativos africanos que llegaban al país como esclavos. En aquella época las leyes obligaban a los esclavos a convertirse, por lo que estas prácticas se desarrollaban en secreto. En la actualidad, catolicismo y vudú conviven en Haití desde que fuera declarado una religión oficial en 2003.

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