La clave para salir victoriosa la UE del túnel en el que se halla por culpa del coronavirus pasa por la unidad de acción y por la capacidad de hacer renuncias para acercar posturas. Así lo ha expresado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en ... el encuentro que ha mantenido este miércoles con el primer ministro sueco, Stefan Löfven, en Harpsund. En la reunión, que forma parte de la ronda de contactos que lleva a cabo con líderes comunitarios de cara al Consejo Europeo extraordinario de este viernes y sábado, el mandatario español ha dado un primer paso. Se ha mostrado dispuesto a ceder en aras de un consenso que dé luz verde al fondo de recuperación europeo de 750.000 millones de euros y al marco presupuestario plurianual.
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«Evidentemente, todos tendremos que hacer renuncias para poder llegar al acuerdo, porque lo importante es que demos una respuesta común», ha asegurado Sánchez, cuya visita a Suecia ha sido clave por tratarse de uno de los cuatro países denominados «frugales» -junto con Países Bajos, Dinamarca y Austria-, los más reticentes con el fondo, sobre todo en lo que se refiere a las ayudas directas. Löfven no ha dudado en admitir estas reservas al defender que el reparto del fondo se haga en su totalidad través de créditos. Ambos, en cualquier caso, han asegurado que quieren que se llegue al consenso en julio, si bien han admitido que será difícil conseguirlo en el Consejo del 17 y 18.
Pese a la buena sintonía entre ambos dirigentes socialdemócratas y el clima distendido en el que ha transcurrido la conversación en la residencia vacacional de Löfven, son muchas las diferencias que separan a Suecia y a España en la negociación europea, como lo son también las que Sánchez mantiene con el primer ministro holandés, Mark Rutte, con quien se reunió hace dos días en La Haya. Fuentes del Ejecutivo español han asegurado, no obstante, que Sánchez en estos encuentros ha podido mostrar que España es un país «serio» y tiene muy bien «estudiado» todo lo que planea hacer. Asimismo, les ha expuesto sus «exhaustivos» planes nacionales.
Sánchez ha defendido, tanto este miércoles en Harpsund como el lunes en La Haya, que lo que reciba de este fondo le servirá para acelerar las reformas económicas que tiene planeadas -y que estos países reclaman-. El Gobierno español entiende además que es importante para Europa que no se produzca una fragmentación financiera ni se penalice a los países a los que el coronavirus ha golpeado más fuerte y que ya tienen un nivel de deuda muy elevado, como es el caso de España e Italia.
El fondo de recuperación europeo. Estaría dotado de 750.000 millones de euros, de los cuales 500.000 millones se desembolsarían en forma de subvenciones a fondo perdido y 250.000 como préstamos para paliar los efectos de la pandemia del coronavirus.
El mandatario sueco, por su parte, ha reconocido que el principal escollo para él son las transferencias a fondo perdido y él prefiere créditos. Pero al igual que Sánchez, ha reconocido que habrá que hacer cesiones para un acuerdo que necesita la unanimidad de todos los Estados miembro. «Nadie va a una negociación con el espíritu de decir 'no', sino que va con el espíritu de poder decir 'sí'», ha señalado Löfven.
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En La Moncloa aseguran que tras estos encuentros y después de escuchar los argumentos de Sánchez los «frugales» se han mostrado más sensibles a las posiciones españolas. De la misma manera, insisten en que Sánchez ha podido responder a todas las cuestiones que le han planteado tanto Rutte -más preocupado por las reformas- como Löfven, más reticente con las ayudas directas.
Tras su reunión en Harpsund, el presidente del Gobierno viaja ahora a París, donde tendrá con el presidente francés, Emmanuel Macron, el último de los encuentros preparatorios antes de la decisiva cumbre del viernes y sábado.
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En una líneas similar a la expuesta por Pedro Sánchez en Suecia, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha advertido este miércoles a la UE, y más concretamente a los llamados «países frugales», de que todos los Estados miembro perderán si no se aprueba el fondo de recuperación para ayudar a los socios más afectados por la pandemia del coronavirus.
«Depende de nosotros, jefes de Estado y de Gobierno, tomar una decisión valiente: cuando la UE está en peligro, ningún Estado puede aprovecharse de los demás. En este momento de la historia de la UE, ganamos o perdemos todos», ha subrayado Conte en una comparecencia ante la Cámara de los Diputados, con motivo del Consejo Europeo del viernes y el sábado, que debatirá sobre el Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros propuesto por la Comisión Europea.
El primer ministro italiano ha insistido en que «el Consejo Europeo debe ser valiente». «Solo unidos podremos volver a fortalecer a la UE. Las respuestas nacionalistas serían anacrónicas y conducirían a un pequeño mundo del pasado», ha incidido.
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