Londres deja a España como destino de riesgo medio y enfurece al sector turístico

Con 62 casos acumulados por cada 100.000 habitantes a 14 días vista, es difícil presentar una candidatura aceptable al Ejecutivo británico para que considere a otra nación como un lugar vacacional fiable y seguro. La frontera es muy fina. España, por ejemplo, está unos 40 casos por encima. Pero es que en esta última evaluación de la Sanidad británica, también Portugal se ve penalizada, ya que hasta ahora disfrutaba de las ventajas de la lista verde, mucho más desahogada en cuanto a limitaciones (dos PCR, una a la ida y otra a la vuelta).

La política de Londres es de extrema cautela. Con la campaña de vacunación muy avanzada, el Gobierno no quiere que nada dificulte su objetivo de conseguir un pronto regreso a la nueva normalidad. Ya ha realizado una importante desescalada, pero también está sufriendo el azote de la cepa india, con una serie de rebrotes que demuestran la fragilidad en que se mueve el combate contra la epidemia. Por eso, ha bastado un aumento de contagios en Portugal para que inmediatamente haya subido un peldaño en la lista de destinos de riesgo.

¿En qué se traduce la asignación a la lista ámbar? De manera teórica, en la recomendación de no desplazarse a esos destinos. En el plano práctico, obliga a los residentes a que, a su regreso, se sometan a dos PCR, pagadas de su bolsillo, ya que Johnson ya dijo en su día que no abonaría estas pruebas cuando las personas han hecho caso omiso al consejo de no viajar. Además, deben pasar una cuarentena de diez días (cinco si un nuevo test arroja entonces un resultado negativo), la condición que más desanima a los turistas, pues les empuja a reducir su estancia en un lugar vacacional para cumplir el aislamiento.

La aplicación de estas medidas comenzará en los aeropuertos, el Eurotunel y los ferries en siete días; un plazo previsto para que los británicos que ya están en suelo continental puedan regresar a casa. Pero también para que quienes estén planificando sus vacaciones cambien de planes. La 'oferta' que les propone el Gobierno se limita a una decena de destinos 'verdes', entre ellos Gibraltar, Nueva Zelanda, las islas Feroe e Israel.

Si la Europa históricamente receptora de turistas sufre un golpe –aparte de España, Francia y Grecia también atraen a miles de ellos–, Latinoamérica tampoco se salva. La única nación que no estaba en la lista roja, Costa Rica, acaba de ingresar en ella.

El listado se revisa cada tres semanas en función de los contagios y el ritmo de vacunación en cada país. Por lo tanto, la industria turística de la UE seguirá parada en lo que respecta a esta potente cuota de clientes. Las esperanzas españolas de que Canarias –y quizá Baleares– hubiera sido incluida como destino seguro se han diluido y generado un profundo malestar en los touroperadores, hoteleros y hosteleros y en el propio Gobierno. La ministra de Turismo, Reyes Maroto, dijo «no entender» el veto británico cuando la incidencia del coronavirus en territorios como la Comunidad Valenciana o Baleares está incluso «por debajo» de la británica. En declaraciones anoche en la Ser, Maroto confió en que Londres «recapacite y ponga (a España) en la lista verde».