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Beatriz juez
París
Viernes, 2 de julio 2021, 22:53
Voluntariamente o a la fuerza. Ante el aumento de circulación de la variante Delta de la covid-19 en Francia, el Gobierno prepara un proyecto de ley para obligar al personal sanitario a vacunarse aunque descarta, de momento, esa misma obligatoriedad para la población en ... general. «No obligaremos a los franceses», aclaró este viernes el ministro de Sanidad, Olivier Véran, quien, sin embargo, precisó que el Ejecutivo sí se propone imponerla «para los sanitarios» ya que el personal que se ha inmunizado hasta el momento es insuficiente desde el punto de vista de la seguridad asistencial, añadió el ministro durante una visita a un centro clínico en Altos de Francia.
Si de aquí a septiembre el 80% del personal sanitario de los hospitales y los cuidadores de las residencias de ancianos no han recibido al menos una dosis del suero contra la covid-19, la aplicación pasará a ser obligatoria para estos profesionales. Actualmente, los médicos y enfermeros franceses están obligados a vacunarse contra la difteria, el tétanos, la hepatitis B y la poliomielitis.
Según datos oficiales, solo el 57% del personal de los geriátricos y el 64% de aquellos que trabajan en establecimientos médicos han recibido el antiviral, total o parcialmente. Este porcentaje es insuficiente para la Federación Francesa de Hospitales, partidaria de la vacunación obligatoria.
Al Gobierno le preocupa especialmente la situación en las residencias de la tercera edad. «No se quiere correr el riesgo de tener olas de coronavirus en las residencias», subrayó Véran, que es médico de profesión. El ministro de Sanidad ya había amenazado el pasado marzo a los médicos y enfermeros con imponer la vacunación obligatoria, ante la reticencia entonces de muchos de ellos a ponerse la inyección.
Cuando comenzó la campaña en Francia, los médicos y enfermeros solo podían recibir AstraZeneca, antiviral que muchos de ellos miraban con recelo ya que consideraban que ofrecía menos protección y tenía más efectos secundarios que otras marcas existentes en el mercado. Ahora, el personal sanitario y de cuidados de ancianos pueden usar AstraZeneca, Moderna, Pfizer-BioNTech o Janssen en función de su edad.
El 72% de los franceses se muestra a favor de que la vacuna sea obligatoria para estos profesionales que trabajan con personas enfermas y en primera línea asistencial, según un sondeo de Odoxa-Backbone Consulting. Y el 58% cree que el antiviral debería imponerse a todos los ciudadanos, lo que supone 20 puntos más que lo pensaban en noviembre.
La exigencia de vacunarse entra dentro de un terreno delicado entre el menoscabo a derechos fundamentales del individuo y la protección de la salud pública en casos de catástrofe sanitaria, como puede ser una epidemia global. Solo Moscú ha movido ficha para inmunizar sí o sí a los trabajadores de los servicios públicos. A finales del año pasado, Reino Unido, Italia y San Marino fueron los únicos países que barajaron la obligatoriedad si la población no acudía a inmunizarse. La mayoría de gobernantes se mostró en contra y, curiosamente, el más vehemente fue Emmanuel Macron. «Quiero ser claro: no haré obligatoria la vacunación», dijo el presidente francés en diciembre.
El ministro de Sanidad advirtió este viernes a la población que la variable Delta, que cada vez circula más en Francia, puede provocar una nueva ola de la pandemia antes de septiembre, algo en lo que coinciden Alemania y la Organización Mundial de la Salud (OMS). «La amenaza es real y podría estropear nuestras vacaciones y el verano», dijo Véran, quien recordó que los franceses pueden vacunarse tanto en los centros destinados a esta campaña en su localidad de de residencia como en su lugar de veraneo e incluso, a partir de ahora, en horas laborables sin que eso afecte a su salario.
«Sí, la vacuna puede tener efectos deseables», es el mensaje de la campaña que acaba de lanzar la Agencia Regional de Salud (ARS) de Provenza-Alpes-Costa Azul para invitar a la gente, y especialmente a los jóvenes, a vacunarse. Con fotografías que evocan escenas de reencuentros, apasionados besos, conciertos al aire libre y vacaciones en la playa, el eslogan hace referencia a los lemas de muchos antivacunas sobre los posibles efectos adversos del suero. Hasta ahora el 50% de los franceses ha recibido una primera dosis y el 31,6% ya está totalmente inmunizado.
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