Imagen de Irmgard Furchner en su época como secretaria del campo de concentración nazi. Archivo

Detienen a una anciana nazi que huía para no ser procesada

La mujer de 96 años es considerada cómplice del asesinato de 11.000 prisioneros del campo de concentración de Stutthof

juan carlos barrena

Corresponsal en Berlín

Jueves, 30 de septiembre 2021, 12:53

Una anciana de 96 años que se había dado a la fuga para no ser procesada por crímenes contra la humanidad fue detenida este mediodía en la ciudad de Hamburgo. Irmgard Furchner debía haberse presentado en la mañana de este jueves ante la Audiencia de ... Itzehoe para ser enjuiciada por su actividad como secretaria en el antiguo campo de concentración nazi de Stutthof y su presunta colaboración en el asesinato de 11.000 personas. Los agentes que debían recogerla a primera hora de la mañana de una residencia de ancianos en la cercana población de Quickborn para trasladarla a presencia de los jueces se encontraron con su habitación vacía y constataron que Irmgard Furchner se había fugado.

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«Se ha escapado en taxi», señaló Frederike Milhoffer, portavoz de la Audiencia de Itzehoe, quien comentó que al parecer se trasladó seguidamente a una estación de metro en la periferia de Hamburgo, donde se le perdió la pista. No llegó muy lejos. Funcionarios policiales localizaron horas después a la anciana cuando caminaba por la Lanhgenhomer Chausee de Hamburgo y procedieron inmediatamente a su detención, en base a la orden de busca y captura dictada por el tribunal tras su fuga. La mujer fue trasladada para ser interrogada en la comisaría del barrio de Langenhorn y previsiblemente será entregada a la justicia que debe procesarla en el que se presume podría ser el último juicio que se celebra en Alemania por crímenes del nazismo.

Irmgard Furchner había avisado anticipadamente de sus intenciones al tribunal de Itzehoe, en el septentrional estado federado alemán de Schleswig-Holstein. El pasado 8 de septiembre comunicó por carta que no tenía intención de acudir al juicio. «Debido a mi edad y mis limitaciones físicas no asistiré a las sesiones del proceso y pido al señor defensor que me represente», escribió entonces la enérgica anciana. «Quiero ahorrarme esa vergüenza y no convertirme en el hazmerreir de la gente», añadía la acusada, de la que nadie esperaba entonces que tuviese la ocurrencia de darse a la fuga.

La anciana trabajó en su juventud como estenotipista y secretaria para la dirección del campo de concentración de Stutthof, hoy en la costa báltica de Polonia y antiguamente la región alemana de Pomerania, entre junio de 1943 y abril de 1945, hasta su cierre por la llegada del Ejército Rojo y poco antes de la toma de Berlín por las tropas soviéticas. La fiscalía la considera cómplice del asesinato sistemático de prisioneros en ese campo al pasar por sus manos prácticamente la totalidad de los documentos que generaba la dirección del centro.

La anciana dio plantón a los más de 50 periodistas y espectadores que esperaban el comienzo del proceso, así como a los 12 abogados de los 30 miembros de la acusación particular, su defensa, fiscales y el resto del tribunal. En la jornada de este jueves estaba previsto que se hiciera lectura del pliego de acusación. La mujer iba a ser procesada por el derecho penal juvenil, ya que los hechos que se le imputan los cometió cuando tenía 18 y 19 años de edad. En el campo de concentración de Stutthof y sus filiales, así como durante las llamadas marchas de la muerte al final de la guerra cuando se procedió a su evacuación, murieron unas 65.000 personas, según la Central Alemana para el Esclarecimiento de Crímenes del Nazismo en la localidad de Ludwigsburg.

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Entre tanto el Comité Internacional de Auschwitz, que representa a los supervivientes de los campos de concentración nazis y sus familiares, se mostró indignado ante la fuga de la anciana. «Es una muestra del increíble desprecio al estado de derecho y los supervivientes», dijo el vicepresidente de la organización, Christoph Heubner. En declaraciones a Bild Online, Onur Özata, abogados de dos miembros de la acusación particular, afirmó que «la acusada toma el pelo a la justicia con su comportamiento. Parece no sentirse vinculada a la ley». Por su parte, Efraim Zuroff del «Wiesenthal Center» comentó que «el proceso contra Irmgard Furchner es un importante testimonio de que los crímenes nazis no solo fueron cometidos por hombres, sino también por mujeres, que servían no solo en los campos de concentración, sino en las fuerzas de intervención».

Furchner testificó en dos ocasiones en los años 1954 y 1962 sobre su papel en Stutthof. En el primero de los juicios reconoció que todas las cartas y comunicados del campo pasaron por sus manos. El comandante del campo, Paul Werner Hoppe, le dictaba a diario todos los documentos que luego firmaba. La mujer declaró entonces que, sin embargo, nunca se enteró de que miles de personas fueron asesinadas a pocos metros de su despacho.

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