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El indiscutible peso político que ha perdido España en la Unión Europea desde el estallido de la Gran Recesión y que ahora está comenzando a ... recuperar (al ralentí, eso sí), nada tiene que ver con el nivel de funcionarios españoles que existe en Bruselas y que ocupan puestos de gran relevancia en el kilómetro cero comunitario. Son los grandes desconocidos, gente 'top'. No huyen de los focos, es que los focos ni les conocen. Uno de esos nombres es el de Clara Martínez Alberola (Valencia, 1963), la exjefa de Gabinete del último presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y que acaba de ser elegida por la nueva mandataria, la alemana Ursula von der Leyen, como directora general adjunta de la 'task force' (grupo especial de trabajo) creada por la UE para el Brexit, para culminar la salida del club este 31 de enero y para diseñar la relación futura entre los Veintisiete y Reino Unido. Michel Barnier es el negociador jefe de la UE y su mano derecha, desde el día 6, habla español.
Con el permiso de la gestión económica que provocó la Gran Depresión y fenómenos como la crisis griega, el Brexit es, sin duda, el mayor reto al que se enfrenta el club comunitario en su historia reciente. Por primera vez desde su fundación, se abrirán las puertas de salida para un Estado miembro. Hasta ahora, sólo se abrían para dejar entrar y cada vez que se ha hecho, se ha vendido como una gran victoria. De ahí el drama que ha supuesto el Brexit.
Martínez, hasta el pasado 30 de noviembre, encarnaba el poder en la sombra. Era la todopoderosa jefa de Gabinete del entonces presidente de la Comisión, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Lo era desde el 1 de marzo de 2018. Hasta entonces, ocupaba el cargo de jefa de gabinete adjunta, puesto para el que fue designada el 1 de noviembre de 2014 después de haber formado parte del equipo del anterior presidente del Ejecutivo comunitario, el portugués José Manuel Durao Barroso.
El 21 de febrero de 2018, cuando anunció el nombramiento tras la celebración del Colegio de Comisarios, Juncker enfatizó que «nunca antes una mujer había ocupado este puesto y, además, es española». «He querido nombrarla -y es mi decisión, no del Colegio-, porque en dos años y medio he observado que tiene un conocimiento del asunto comunitario fuera de lo normal. Es española, pero sobre todo europea. Será la primera mujer llamada a cumplir estas funciones. Lo celebro. Los comisarios han acompañado la decisión con aplausos», destacó el luxemburgués ante toda la prensa internacional.
La relevancia del cargo es tal que Mariano Rajoy escribió personalmente un mensaje en Twitter (firmado MR) en el que se felicitaba de poder hablar español con una persona clave en el organigrama comunitario. «Es un gran acierto», ensalzó. No hay que olvidar que en 2016, el entonces presidente del Gobierno le condecoró con la Cruz de Isabel la Católica.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia y exalumna del prestigioso Colegio de Europa de Brujas -la cantera de la élite comunitaria-, es funcionaria comunitaria desde 1991. Pasó por varias carteras como Mercado Interior hasta que fue llamada a filas para formar parte del Gabinete Barroso, entre 2005 y 2014.
Casada y con tres hijos, irradia europeísmo. «Trabajar aquí es un privilegio, pero es duro, tienes muchísima responsabilidad», confesaba en una entrevista concedida a EL CORREO el 21 de julio de 2015. Habla castellano, inglés, francés, italiano, algo de portugués y, pese a su currículo, insiste en atribuir a la «suerte» el porqué de su destino. Suerte o no, seguirá ostentado un puesto fijo en la élite comunitaria.
No lo tendrá fácil. La gestión del Brexit es un desierto desconocido. Nunca ha sido transitado. De ahí la relevancia de lo que haga Bruselas. Será el precedente, el listón que marca la forma de actuar ante futuras aventuras. Es mucho lo que está en juego, en lo económico, en lo social y en lo geoestratético. El tándem Barnier-Martínez tiene la palabra.
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