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INÉS GALLASTEGUI
Miércoles, 18 de octubre 2017, 02:14
«Hay ladrones en cualquier sitio a donde mires. La situación es desesperada». Esas fueron las últimas palabras que escribió en su blog Daphne Caruana-Galizia, pocos minutos antes de morir destrozada por una bomba adosada en el coche, muy cerca de su casa en ... Bidnija, en el norte de Malta. La periodista de 53 años, azote de la corrupción, estaba casada y tenía tres hijos. El mayor, Matthew, salió de la vivienda alertado por la explosión y contempló impotente los trozos del cuerpo de su madre esparcidos por el prado sobre el que había aterrizado el coche, mientras dos policías se acercaban con un pequeño extintor. «Lo siento. No podemos hacer nada», admitieron los agentes. Para el hijo, su actuación fue una metáfora de la «incompetencia y la estupidez» de quienes ocupan las instituciones de su país. La bloguera había denunciado hace dos semanas amenazas de muerte.
«Mi madre fue asesinada porque se interpuso entre el imperio de la ley y quienes trataban de violarla», aseguró ayer en su perfil de Facebook el joven, miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación que el año pasado ganó el Pulitzer por los ‘Papeles de Panamá’, que desvelan una red de evasión fiscal y ocultamiento de bienes multimillonarios por parte de cientos de políticos, empresarios y personalidades de los cinco continentes.
Daphne fue la primera en publicar en su blog, ‘Running Commentary’, que el ministro de Energía, Konrad Mizzi, y el jefe de gabinete del ‘premier’ laborista, Keith Schembri, poseían empresas opacas en el país centroamericano. Meses después desveló que el propio jefe del Ejecutivo, Joseph Muscat, y su esposa, Michelle, tenían también una sociedad ‘offshore’. La presión mediática obligó a Muscat a adelantar las elecciones. Ganó de nuevo.
1255 profesionales de la información han sido asesinados en el mundo en los últimos 25 años, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
Guerra y terrorismo Los países más peligrosos para los informadores son Irak (185 muertos desde 1992), Siria (111), Filipinas (78), Somalia (63), Rusia (58), Colombia (47) y México (41). En la UE las últimas víctimas de crímenes políticos fueron los 12 empleados de 'Charlie Hebdo' abatidos en París en 2015 por islamistas y el guipuzcoano José Luis López de la Calle, asesinado a tiros por ETA en el 2000.
En enero la bloguera publicó que el ministro de Economía, Chris Cardona, había aprovechado un viaje oficial a Alemania para visitar un prostíbulo con spa. Estas y otras revelaciones le valieron varias demandas por difamación. Hace unos meses la Justicia le congeló las cuentas, lo que provocó una protesta formal de la Federación Europea de Periodistas, que consideró la actuación un ataque a la libertad de expresión.
También dirigió duras críticas a la oposición conservadora. En 2012 desveló detalles sobre los sospechosos contactos con el ‘lobby’ de las tabaqueras que acabaron por costarle el puesto al entonces comisario europeo de Salud y Consumo, el maltés John Dalli.
Pero no todos los políticos la odiaban. «Era una de las periodistas más valientes de Malta», dijo ayer el exministro Louis Galea. Muchos colegas la respetaban. «Era impecable como escritora y como periodista de investigación», aseguró el editor de ‘The Times of Malta’, diario para el que trabajó en otra época. Aunque se licenció en Arqueología, se estrenó como reportera a los 23 años. Tras pasar por varias redacciones, en los últimos tiempos colaboraba con algunas revistas porque el blog, al que dedicaba sus desvelos, no le daba para vivir.
El asesinato ha conmocionado al país más pequeño de la Unión Europea, donde la mayoría de sus 423.000 habitantes conocía a la víctima. El primer ministro aseguró el lunes que no parará hasta encontrar a los culpables y, como prueba de sus intenciones, anunció que agentes del FBI ayudarán en la investigación. «Todo el mundo sabe que la señora Caruana-Galizia era crítica conmigo -reconoció Muscat-, pero nadie puede justificar este acto bárbaro de ninguna manera».
Hubo quien sí lo justificó, desde las mismas entrañas del Estado. El sargento de policía Ramon Mifsud compartió en redes su alegría: «Todo el mundo se lleva lo que se merece, pedazo de mierda. ¡Me siento feliz!». Horas después fue apartado de su puesto.
La investigación se presenta complicada, aunque solo sea porque algunos de sus responsables eran una diana de los afilados dardos de Daphne. La familia presentó una recusación urgente de la juez Consuelo Scerri, que hace unos años denunció haber sido «acosada» en su web.
Matthew Caruana aseguraba ayer que Malta quiere proyectar una imagen de nación liberal occidental, pero no lo es. «Estamos en un Estado mafioso donde puedes cambiar de género en el carné de identidad (gracias a Dios por eso) pero también puedes volar en pedazos por ejercer tus libertades básicas». El hijo mayor de la malograda periodista acusa de «complicidad» en el asesinato a Muscat y tres de sus ministros, al fiscal general y a la «larga lista de mandos policiales que no hicieron nada». Sin pelos en la lengua. Ha salido a su madre.
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