Manifestantes lealistas sostienen carteles y banderas durante una protesta. Reuters

La última oportunidad del Acuerdo de Viernes Santo

La séptima restauración de las instituciones pone a prueba un sistema de gobernación que acepta derrumbes tácticos

I. Gurruchaga

Domingo, 18 de febrero 2024, 00:05

El líder del Partido Unionista del Ulster(UUP), Doug Beattie, no cree que el Ejecutivo compartido, estrenado hace quince días tras dos años de suspensión, ofrezca un horizonte estable. «Siempre se empieza así», advierte sobre los parabienes que se intercambiaron los diputados en la sesión ... inaugural. «El Partido Democrático Unionista(DUP) está dividido por el acuerdo con el Gobierno británico para suavizar la creación de controles aduaneros entre Gran Bretaña e Irlanda», afirma. «Y el Sinn Féin estará distraído con las elecciones en la República de Irlanda». Por eso no descarta que la Asamblea sufra su octavo derrumbe.

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Los partidos consultados para este reportaje son parcialmente víctimas del Acuerdo de St. Andrews de 2006. Bendecidos por Londres y Dublín y el Sinn Féin apoyaría a la Policía, el DUP compartiría el Gobierno con el partido históricamente asociado al IRA. Y ya, de paso, los dos grandes partidos variaron los procedimientos del Ejecutivo y la Asamblea para obtener más poder. En lugar de dos ministros principales para indicar la igualdad de los bloques unionista y nacionalista, el DUP logró que se cambiase a ministro principal, Ian Paisley, y viceministro principal, Martin McGuinness. Así, dos figuras con gran responsabilidad en la tragedia norirlandesa se repartían el pastel y creaban un mecanismo para elegir al presidente de la Asamblea que les permitía derrumbarla.

Peter McReynolds, del Partido Alianza, ha participado en siete votaciones para nombrar presidente de la Asamblea autonómica y su voto, que fue siempre positivo, nunca ha contado. Los grandes en su tribu mandan sobre todos. De ahí que Alianza y otras formaciones quieran cambiar el procedimiento para designar al máximo responsable de este órgano por un método que impida que uno de los dos grandes pueda bloquear las instituciones.

Para Matthew O'Toole, líder del Partido Social Demócrata y Laborista, las prioridades del nuevo Ejecutivo son la actualización de salarios de los funcionarios, estancados pese a la evolución de los precios, y las listas de espera en el servicio de salud. Su partido se mantendrá en la oposición para marcar su personalidad y no perder más votos en beneficios del Sinn Féin. Los ministerios y los comités parlamentarios ya están formados.

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