«Queremos encontrar un equilibrio entre salud y economía», insiste el profesor Uri Alon.instituto weizmann
«Hay que trabajar cuatro días y encerrarse diez para prevenir el rebrote»
Uri Alon | Biólogo de Sistemas en el Instituto de Ciencias Weizmann ·
El profesor israelí asegura que «si volvemos a la normalidad con ciclos bien organizados acabaremos con la pandemia»
mikel ayestaran
Corresponsal. Jerusalén
Viernes, 1 de mayo 2020, 21:31
Los niños israelíes vuelven la próxima semana al colegio y lo harán con un sistema inspirado en el modelo creado por el profesor Uri Alon y su equipo. Al comienzo de la crisis, este galardonado académico israelí de 51 años, con experiencia en Harvard y Princeton, no pensó que el coronavirus fuera a convertirse en una pandemia. Es sincero y confiesa que lo vio como «algo lejano, que ocurría en China y que podría ser parecido al SARS de 2003», pero con el paso de las semanas llegó la expansión mundial, se produjeron los primeros contagios en Israel, el confinamiento, las restricciones y amigos cercanos perdieron sus negocios.
«Durante dos semanas estuve en estado de shock, pero luego pensé que tenía que hacer algo para ayudar y me puse a trabajar con mi equipo». Junto a un matemático y un epidemiólogo, es el responsable de un modelo basado en ciclos temporales que sirve de estrategia progresiva de salida al confinamiento y ayuda a prevenir un rebrote de infecciones en el futuro próximo. El ministerio de Educación de Israel se ha inspirado en su trabajo para organizar la reapertura de los colegios.
LAS FRASES:
Proteger la economía.
«Nuestra propuesta es un cierre parcial inteligente que permita mantenerla actividad»
- ¿En qué consiste su estrategia de salida del confinamiento?
- Queremos encontrar el equilibrio entre la salud y la economía y hemos desarrollado un modelo que consiste en ciclos de cuatro días de trabajo y diez de confinamiento. Uno de los puntos débiles del virus es que tiene un periodo de incubación de tres días en los que si lo tienes no eres contagioso, pero luego sí. Con el trabajo por ciclos pasarías a poder contagiar cuando ya estás en casa y sería más controlable. Hay que trabajar cuatro días y encerrarse diez para prevenir el rebrote.
- ¿No resulta demasiado matemático?
- Puede parecerlo, pero nuestra preocupación es tener un plan, una estrategia organizada con un calendario y no abrir a ciegas, sin saber muy bien lo que estamos haciendo porque todo apunta a que habrá un rebrote en invierno, ¿qué haremos entonces? El impacto psicológico y económico de un nuevo confinamiento total sería enorme. Por eso hay que tener un plan que contemple ese rebrote y nos ayude a afrontarlo. Esto es también una pandemia económica y hay que encontrar un balance entre salud y economía.
- Sí, y también es importante dividir en dos grupos a la comunidad para que mientras uno esté casa, el otro trabaje, esto ayudará a mantener la actividad de forma continua. La estrategia de los ciclos se puede aplicar a pequeña escala en empresas, escuelas o pueblos, y a gran escala, a todo un país. El objetivo es reducir la infectividad, el número de personas a las que cada uno de nosotros podemos infectar si tenemos el virus. El Covid-19 tiene una infectividad de dos o más personas y hay que hacer lo posible para que esté por debajo de uno.
- ¿Su modelo lo consigue?
- Si volvemos a la normalidad con ciclos bien organizados acabaremos con la pandemia. Pensamos que para mantener la infectividad en un grado inferior a uno no es necesario el cierre total, que supone un desastre para la economía. Nuestra propuesta es un cierre parcial inteligente que permita mantener la actividad, es obvio que el cierre total erradica el virus más rápido, pero ver cómo se hunden negocios y crece el desempleo también tiene un costo médico enorme a causa de las muertes, depresiones…
Dos grupos en las aulas
- La vuelta al colegio es uno de los temas clave en el desconfinamiento, ¿cómo lo afronta en su modelo?
- La reapertura de los colegios es fundamental para que esto funcione, pero tienen que adaptarse también a los ciclos. Así los padres pueden ir a trabajar mientras sus hijos están en la escuela y luego pueden hacer el confinamiento juntos. Austria es el primer país que ha reabierto sus centros académicos con esta estrategia y los niños volverán el día 18 de mayo con clases divididas en dos grupos que acudirán a los centros durante media semana de forma alterna. El ministerio de Educación en Israel también lo hará de esta forma inspirada en nuestro método y la próxima semana se reabren las aulas. El modelo que proponemos se lo ha recomendado al Estado el Gertner Institute de epidemiología.
- ¿Y la vuelta al trabajo? ¿Cuáles son sus directrices?
- Debe incluir distanciamiento, higiene, control de temperatura... Pienso que tras estas semanas de confinamiento las cosas no volverán a ser como antes. La gente ha interiorizado la importancia de limpiarse las manos o llevar mascarilla y esto ayudará a reducir la ratio de infectividad en lugares públicos y puestos de trabajo.
- En el caso de Israel, ha reabierto el comercio y recupera la actividad económica, ¿no es demasiado apresurado?
- Estoy nervioso porque hasta dentro de dos semanas no sabremos el impacto de este aligeramiento de las restricciones. Puede que la llegada del calor ayude a contener la pandemia, pero es importante trabajar con planes claros. Hay que aprender la lección y comprender que en el futuro podemos enfrentarnos a virus aún peores, que puedan incluso golpear a los niños. Es uno de los desafíos de este mundo global del siglo XXI.
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