Israel retiene cadáveres de «terroristas» para intercambiarlos por rehenes

Con 45.800 fallecidos entre la población gazatí y más de 11.000 desaparecidos, el dolor en la región se ha convertido en una costumbre. Uno de los escasos consuelos es enterrar a las víctimas. Durante 2024, seis familias palestinas presentaron denuncias por la retención de los cuerpos de sus allegados por parte de las tropas armadas de Israel. Reclamaban poder darles sepultura. El Ejecutivo de Netanyahu no ha atendido esas reclamaciones con el argumento de que las negociaciones para recuperar a los rehenes –ya queda menos de cien– son «delicadas» y «no se puede descartar que la posesión de cuerpos de terroristas sea clave para lograr la vuelta de los cautivos».

El primer ministro israelí, que ha convocado este domingo a su Gabinete de Seguridad para informar sobre los avances en el proceso de paz, tiene a las familias de los rehenes en contra. Hamás ha distribuido un vídeo con una de las secuestradas, la soldado Liri Albag, de 19 años. En la grabación, la joven interpela directamente al Ejecutivo hebreo: «Os quiero preguntar, ¿queréis matarnos?».

Las dos partes del conflicto tratan de reforzar sus posiciones en la mesa de negociación: Israel, al pisar el acelerador de su ofensiva, y Hamás, con los rehenes. En ese contexto, Netanyahu ha recibido el apoyo de la Justicia de su país para retener los cadáveres de supuestos milicianos palestinos. El magistrado ultraconservador David Mintz, responsable de la autorización, considera que el mando militar tiene la competencia para entregar los cuerpos o mantenerlos en su poder, como recoge una ley de 1945.

En Doha, con Catar, Egipto y Estados Unidos en el papel de mediadores, la posibilidad de alcanzar la paz sigue sobre la mesa. Según asegura una fuente egipcia, hay «avances», pero no se han tapado todas «las brechas» y, por ahora, «no hay ningún progreso significativo que lleve a un acuerdo».

En paralelo a esta negociación, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo egipcio, Badr Abdelaty, para buscar soluciones tanto al conflicto de Gaza como a la situación de Siria tras la caída de Bashar Al Assad. Abdelay subrayó la necesidad de que Israel detenga los ataques sobre La Franja, en especial sobre la ya muy escasa infraestructura sanitaria