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Gaza vive este sábado su última mañana en guerra después de quince meses de guerra.. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar ha anunciado que el alto el fuego entrará en vigor el domingo exactamente a las 8.30 horas en la Franja (7.30 en España). La diplomacia del país anfitrión de las conversaciones entre Israel y Hamás ha explicado en una publicación en X que ambas partes, así como los mediadores, han coordinado todo el proceso para que a esa hora callen las armas, una vez que el Gobierno de Benjamín Netanyahu aprobó el sábado las condiciones del pacto.
«Recomendamos a los habitantes tomar precauciones, extremar las precauciones y esperar indicaciones de fuentes oficiales», ha señalado el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar, Majed al-Ansari.
La reunión del Ejecutivo fue larga y tensa, a pesar de que desde el principio ya se podía anticipar el resultado final. Veinticuatro ministros votaron a favor del alto el fuego y ocho en contra. El cónclave inició el debate a las seis de la tarde y se prolongó hasta la una de la madrugada; en total, siete horas de reunión en la que estuvieron ausentes los ministros haredíes debido a motivos religiosos por la festividad del sabbath. No obstante, dejaron su papeleta escrita en apoyo a la tregua. Y algunos la acompañaron de frases bíblicas. El ministro de Servicios Religiosos, Michael Malkieli (Shas), dejó impreso: «Quien salve un alma en Israel es como si salvara un mundo entero».
Tal y como habían anunciado, todos los cargos del Partido Sionista Religioso y Otzma Yehudit rechazaron el acuerdo, ademas de dos ministros del Likud, el partido gobernante: David Amsalem y Amichai Chikli,
Al inicio de la reunión, el primer ministro trató de convencer a los opositores asegurando que cuenta con el respaldo del presidente entrante en Estados Unidos, Donald Trump, para reiniciar la guerra si Hamás incumple los términos del pacto en los próximos 42 días que dura la primera fase de la tregua.
También parece que Benjamín Netanyahu obvío la fuerte presión de EE UU sobre él, y especialmente del enviado especial del nuevo mandatario republicano, para acelerar las negociaciones. Dijo que si había una tregua es porque el «heroismo de nuestros combatientes» y la estrategia israelí en la región, «incluido nuestro duro golpe al eje iraní», ha dejado a Hamás «aislado» por lo que «se rindió y aceptó este acuerdo».
El proceso de alto el fuego establece que este domingo se produzca el primer canje de tres rehenes de Hamás por un número indeterminado de los más de 1.700 prisioneros palestinos que serán excarcelados. Este primer grupo de reos no saldrá antes de las cuatro de la tarde. El departamento de asuntos penitenciarios ha filtrado en las últimas horas la identidad de algunos de los «terroristas» que forman parte de los excarcelados. Entre los 700 encuadrados en régimen de alta seguridad hay miembros de Hamás, la Yihad Islámica Palestina y el movimiento Fatah. Uno de ellos es Zakaria Zubeidi, antiguo comandante de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, que en 2021 protagonizó un intento de fuga de una prisión de máxima seguridad en el norte de Israel. Zubeidi, que regresará a su casa en Cisjordania, ha perdido a un hijo durante la actual guerra en Gaza, abatido junto a otros hombres armados por un dron israelí.
El gabinete de Seguridad de Israel refrendó ayer el acuerdo de alto el fuego en Gaza en una tensa sesión en la que los ministros ultranacionalistas votaron en contra. Tras el anuncio efectuado por Donald Trump el miércoles y el visto bueno por parte de Hamás, faltaba la confirmación oficial israelí y, después de 24 horas de tensión e incertidumbre por las fuertes divisiones internas en el Gobierno, los ministros respaldaron el acuerdo que detendrá la guerra y abre la puerta al intercambio de rehenes por presos palestinos.
Las armas callarán en Gaza mañana a las 8.30 del mediodía (hora local, 7.30 en España), según ha informado este sábado el portavoz del ministerio de Exteriores de Qatar, Majed al Amsary, y a lo largo de la tarde Hamás entregará a los tres primeros rehenes. Esta misma imagen se debe repetir durante seis semanas hasta completar la liberación de 33 cautivos. Los preparativos para recibirles se aceleran y el ejército prepara tres puntos de encuentro en la base de Re'im, el cruce de Kerem Shalom y el cruce de Erez, a donde llegarán los recién liberados. A cambio, los israelíes pueden llegar a excarcelar a unos 2.000 presos palestinos.
Tras la votación del gabinete de Seguridad llegó el turno del voto de todo el Gobierno, un mero trámite en el que los ministros de los partidos religiosos dejaron sus votos escritos en papeletas y salieron de la sala para poder preparar el shabat, día sagrado para los judíos. Mientras se ultiman los detalles para la implementación del acuerdo, Israel bombardeó un día más con dureza la Franja y ya son más de cien los muertos desde que Trump anunciara el pacto. En Gaza saben que los minutos son eternos en la cuenta atrás para un alto el fuego. Tienen la trágica experiencia de ofensivas anteriores.
Benjamín Netanyahu sacó adelante la votación bajo la doble presión de Donald Trump, que ordenó detener la guerra antes de su regreso a la Casa Blanca, y de los ministros ultranacionalistas como Itamar Ben Gvir, responsable de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, al frente de Economía, que votaron en contra. Ben Gvir dejará el Gobierno tras la aprobación de un «acuerdo desastroso», pero dijo que «me aseguraré de que Netanyahu siga siendo primer ministro», lo que indica que no peligra el puesto del primer ministro.
El diario 'The Jerusalem Post' reveló que el jefe del Gobierno ofreció a sus ministros «garantías tanto de la Administración de Biden como de la de Trump, de que si fracasan las conversaciones sobre la segunda fase del acuerdo de alto el fuego y no se cumplen las demandas de seguridad de Israel, el ejército podrá reanudar los combates con el respaldo de Estados Unidos».
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La desconfianza entre las dos partes es enorme y en Gaza temen que, una vez liberados los rehenes, los israelíes violen el acuerdo y vuelvan a la guerra total. Las treguas anteriores alcanzadas en la Franja tras las grandes operaciones lanzadas por Israel en 2008, 2012 y 2014, que dejaron miles de muertos, sólo fueron simples paréntesis hasta la siguiente explosión de violencia. Nadie sabe qué puede ocurrir ahora porque no hay ningún plan israelí sobre la mesa para el día después a la entrada en vigor del alto el fuego. Como es habitual en la estrategia de Netanyahu, el hecho de no tener un plan concreto es también un plan.
El acuerdo alcanzado en Doha con la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos tiene tres fases y la primera es la más detallada. Las otras dos están pendientes de negociación y no será nada sencillo que salgan adelante. Entre los motivos esgrimidos por Ben Gvir para explicar su rechazo al acuerdo señaló que ««libera a cientos de terroristas con sangre en sus manos, quienes, al ser liberados, buscarán asesinar al próximo judío».
En total, se calcula que los israelíes pueden llegar a excarcelar a enre 1.700 y 2.000 presos palestinos, pero el número final dependerá de cuántos rehenes sean devueltos con vida en esta primera fase. La mitad de ellos son personas arrestadas tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. Israel realiza redadas masivas en los territorios ocupados y cuenta con el sistema de la detención administrativa para encarcelar a palestinos de manera indefinida sin cargos ni juicio. Desde la masacre que perpetró Hamás en los kibutz, en que asesinó a 1.200 israelíes, los militares han realizado más de 11.000 detenciones en la Franja, según el Ministerio de Prisioneros palestino.
El Ministerio de Justicia publicó los nombres de los primeros 95 presos que serán puestos en libertad. Entre ellos hay seis menores y la mayoría de los nombres están en régimen de detención administrativa. La figura más conocida en la lista es Khalida Jarrar, dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) de 61 años. Israel no ha aceptado la liberación de altos cargos de Hamás ni de milicianos implicados en el ataque del 7 de octubre, pero sí dejará en libertad a presos con delitos de sangre y condenas a cadena perpetua. Una copia del acuerdo en manos del departamento penitenciario precisa, según informó 'The Times of Israel', que en la lista de presidiarios a excarcelar figuran 700 «terroristas», de los cuales entre 250 y 300 estaban sentenciados a penas de cárcel de por vida.
Este tipo de operaciones no son nuevas en el conflicto. En 1983 se intercambiaron 4.400 presos por seis soldados. Dos años después, Israel soltó a 1.150 a cambio de tres militares y en 2011 la libertad del joven recluta Gilad Shalit supuso la salida de prisión de 1.027 encarcelados. El jefe del Shin Bet, Ronen Bar, dijo que el 82% de los excarceldos en el caso Shalit «volvieron al terrorismo». El más destacado de ellos fue Yahya Sinwar, que se convirtió con el paso de los años en jefe de Hamás y ordenó la masacre de octubre.
Las autoridades tomarán medidas para «prevenir cualquier manifestación pública de alegría» en las excarcelaciones. Los presos serán reunidos en las prisiones de Ofer, en Cisjordania, y en Ascalón, al sur de Israel. Luego, serán transportados por unidades militares de élite en vez de por autouses de la Cruz Roja como sucedió en el intercambio de noviembre de 2023.
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