Un padre y su hijo exhiben una bandera turca en un acto electoral en Estambul. Reuters
Elecciones presidenciales turcas

Erdogan se juega su futuro en una Turquía dividida

La oposición se une bajo el liderazgo del veterano Kemal Kilicdaroglu para intentar acabar con los veinte años de mandato islamista

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Estambul

Sábado, 13 de mayo 2023, 22:59

64 millones de turcos con derecho a voto eligen presidente para los próximos cinco años y los 600 diputados del nuevo Parlamento en unos comicios que volverán a mostrar la fuerte polarización del país. Por primera vez en los últimos años, Recep Tayyip Erdogan, de ... 69 años, no es claro favorito y el líder opositor, Kemal Kilicdaroglu, de 74, podría arrebatarle el poder incluso en la primera vuelta, según los últimos sondeos. En caso de que ninguno de los candidatos supere el 50% de los votos será necesaria una segunda ronda que se celebrará el día 28. Es un pulso entre el modelo islamista y la vuelta a las raíces seculares.

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Tras superar a Ataturk, padre de la Turquía moderna, como líder con más tiempo al frente del país, Erdogan aspira a ser reelegido para seguir al frente del país este 2023, cuando se cumple el primer centenario de la república. El presidente prometió que como regalo de aniversario llevaría a Turquía a estar «entre las diez primeras potencias del mundo en campos como la política, economía, tecnología, armamento y diplomacia». El problema es que la grave crisis económica, con una inflación del 44%, y la mala gestión del terremoto de hace tres meses pueden pasar factura a un líder que tiene a Turquía partida en dos: la pro y la anti Erdogan.

Kilicdaroglu ha logrado unir a la oposición bajo el mismo paraguas. Formaciones de corte político muy distinto votan unidas con el único objetivo de poner fin a los veinte años de erdoganismo. A ellas se sumará el voto del Partido Verde de la Izquierda, formación kurda que es la tercera fuerza y que comparece con nuevas siglas por temor a una ilegalización de las anteriores. El apoyo kurdo resultó decisivo para que los islamistas del Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) perdieran las alcaldías de Estambul o Bursa en las municipales de 2019 y esta vez esperan volver a ser determinantes. «Primero hay que echar a Erdogan y luego ya podemos sentarnos a hablar porque en estos momentos no hay un clima democrático que nos permita negociar», afirma Ceylan Akça, candidata del partido kurdo a un Parlamento al que esperan enviar cien diputados.

El voto de los jóvenes

Otro de los factores que refuerzan a la oposición es el deseo de cambio de los votantes más jóvenes. En estos comicios unos cinco millones de turcos votarán por primera vez. Son jóvenes que desde que nacieron sólo han conocido a un líder y, según las encuestas, mayoritariamente respaldan un cambio. Analistas turcos como Yildiray Ogur, que durante los primeros años apoyaban la gestión de Erdogan, consideran que «es nuestra última oportunidad. O el presidente se marcha o el camino hacia el totalitarismo no tendrá vuelta atrás para nuestro sistema».

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64 millones

de turcos con derecho a voto eligen presidente para los próximos cinco años.

Una de las novedades en las últimas horas de campaña fue la entrada de Estados Unidos y Rusia en los discursos de los principales candidatos. Kilicdaroglu acusó a Moscú de querer interferir en los comicios con una serie de vídeos manipulados y Erdogan saltó de inmediato en defensa de uno de sus más estrechos aliados. El líder opositor denunció en Twitter la difusión de «ciertos montajes y conspiraciones» fabricadas por Moscú y pidió que se abstengan «de interferir en el Estado turco. Estamos abiertos a mantener la cooperación y la amistad».

El Kremlin negó cualquier implicación y Erdogan dijo en su último mitin que «ahora el señor Kemal ha comenzado a burlarse de Rusia. Dice que Moscú está manipulando las elecciones. ¿No le da vergüenza? Debe sentirse avergonzado. ¿Qué diría si decimos que Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania están organizando los comicios?».

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Dos mitades

El país está polarizado por un pulso entre el modelo musulmán y la vuelta a las raíces seculares

Incertidumbre

En caso de que ninguno de los candidatos supere el 50% de los votos será necesaria una segunda ronda el próximo día 28

La Turquía de Erdogan se ha convertido en un corredor clave para las importaciones y exportaciones rusas, pero nada indica que un cambio en la presidencia supondrá un cambio de política exterior. El presidente aprovechó hasta el último segundo permitido por la ley y acusó a su rival de estar «al servicio de Joe Biden».

Después se fue a rezar a la Gran Mezquita de Santa Sofía en un último gesto al electorado más conservador, que siempre le ha sido fiel gracias a decisiones como la de reconvertir en mezquita este templo de Estambul nacido como iglesia hace 1.500 años.

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