Habla el capitán del barco engullido por el supertifón: «El velero se ha perdido pero la tripulación está a salvo»

¿Cómo estaba siendo la navegación hasta su llegada a la isla de Guam?

Zarpamos de Sevilla el 10 de agosto de 2019 y de Sanlúcar 40 días después, como lo hicieron Magallanes y Elcano hace 500 años. La navegación hasta Perú fue estupenda y pudimos cumplir todas las etapas de una manera magnífica. Pero al llegar a Perú, a la altura de Lima, en el puerto de El Callao, explotó el tema del covid. Por culpa de la pandemia, el barco se tuvo que quedar durante 20 meses en un estado de semiabandono. La tripulación volvió a España. Cuando conseguimos volver a poner el barco a son de mar salimos hacia Ecuador, Galápagos, Marquesas, Tahití, Salomon y finalmente Guam. En el intermedio tuvimos algún problema técnico dado el abandono en el que había quedado el barco durante tanto tiempo.

¿Cómo les llegó la noticia de la llegada del tifón?

En una navegación de este tipo, una de las cuestiones clave es conocer qué meteorología tienes por delante. En nuestro equipo de tierra, el que nos apoya mientras navegamos, una parte muy importante es la comisión meteorológica. Se encarga de vigilar constantemente cuál es la evolución prevista de cualquier fenómeno que nos pueda afectar. Independientemente de ese grupo, desde el barco nos descargamos las previsiones a corto plazo. Desde que llegamos a Guam, yo vigilaba la posible evolución de la meteorología, porque es una zona en la que con cierta frecuencia se producen tifones. Ahí fue cuando vimos que se estaba formando una depresión tropical y que podía evolucionar en una tormenta tropical, en un tifón o un supertifón.

¿Haberse hecho a la mar en Guam para alejarse de la ruta del tifón y ponerse a salvo habría sido un suicidio?

Evidentemente, una de las formas de salvarse de un tifón es alejarte de la zona por la que se cree que va a pasar, y ello es posible porque las previsiones son bastante certeras a la hora de establecer su ruta. Teóricamente, podríamos haber escapado, pero pocos días antes de que se detectara la llegada del tifón nos habían desmontado el motor de arranque para hacer algunos ajustes. De esa manera, solo podíamos salir a vela y las maniobras dentro de la bahía del puerto de Guam, que tiene una salida muy angosta, no son nada sencillas en esas condiciones. No era fácil escapar del tifón. Lo único que podíamos hacer era asegurar el barco lo mejor posible. Para ello, teníamos un fondeo con 100 metros de cadena y lanzamos una amarra por popa a una boya importante, para barcos de cierto porte. Pero no esperábamos que los vientos fueran tan intensos. Tomamos la decisión adecuada de bajar a tierra. El barco ha desaparecido pero la tripulación está a salvo.

¿Cómo fue la llegada del tifón 'Mawar' a la isla?

Fue realmente violenta. Los del lugar dicen que ha sido el tifón más largo y violento de los últimos 40 años. Normalmente un tifón avanza a una velocidad de entre 7 y 9 nudos. Este fue especialmente lento, atravesó la isla a menos de 5 nudos. Un tifón, en la mar, cuanto más lento más se intensifica, o sea, más violentos son los vientos. Y te puedo asegurar que el 'Mawar' ha sido violento, brutal. No podía imaginar que los vientos pudieran alcanzar una fuerza como la que hemos visto aquí.

Seguían la situación del 'Pros' a través del GPS. ¿Creían que aguantaría?

En el 'Pros' habíamos dejado un dispositivo Garmin que mandaba cada 10 minutos la posición del barco. Durante un tiempo vimos que el 'Pros' estaba donde lo habíamos dejado. Pero al mediodía del jueves vimos que el barco se había desplazado. O bien se había roto la cadena, o bien se había roto alguna de las dos cornamusas de sujección del barco. Podía haber pasado cualquier cosa. Poco después el sistema dejó de emitir, pero no sé qué sucedió. No creo que fuese porque el barco estaba hundido porque en esa zona hay muy poca profundidad.

¿Les dieron alguna información desde el puerto?

Cuando vimos que el barco se había desplazado nos pusimos en contacto con el guardacostas y la autoridad portuaria. Pero ya nos dijeron que, mientras el tifón estuviera sobre la isla, poco podían hacer. En ese momento nadie podía salir del lugar de refugio y nos temimos lo peor, obviamente. No os podéis imaginar cómo está la isla en este momento. La cantidad de palmeras que han sido arrancadas por un tifón que incluso ha hecho volar estatuas de bronce. La violencia del viento ha sido brutal.

¿Qué creen que sucedió con el barco? ¿Puede tratarse de esos restos sumergidos que se han localizado?

Estamos intentando saber qué ha sucedido con ese rastro que se ha localizado y del que todavía no podemos confirmar nada. Lo que sí consideramos más probable es que el barco se haya ido a pique. Es muy posible que una vez suelto fuese a parar a una zona de arrecifes o de bajíos, y con el oleaje tan tremendo, el casco se golpease una y otra vez hasta abrir una vía de agua.

¿Cómo se plantean el futuro de su expedición?

En estos momentos no tenemos otros planes de futuro que ver si podemos localizar el barco y saber en qué condiciones se encuentra. Necesitamos saber si el barco es recuperable y si es posible continuar con la expedición. Ya veremos qué pasa si lo encontramos y no es recuperable.

¿Qué creen que habría hecho Elcano y Magallanes en una situación como la suya?

No se me ocurre pensar qué habrían hecho. Desde luego que ellos no se encontraron con un tifón como el que nos ha alcanzado, porque no habría sobrevivido ninguno de los barcos con los que estaban dando la vuelta al mundo. Ellos tuvieron suerte y nosotros parece que no la hemos tenido. Desde hace algunos meses, y a la vista de las dificultades que veníamos atravesando, yo ya venía diciendo que nosotros hemos intentado replicar la expedición de Juan Sebastián Elcano pero ni a Magallanes ni a Elcano se les ocurriría replicar nuestra expedición. Es un chascarrillo, pero que resume de alguna forma los problemas que hemos ido atravesando.