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La llegada de Boris Johnson a la jefatura del Gobierno británico está suponiendo un auténtico terremoto para los mercados financieros. Tras la aciaga jornada del lunes, este martes la gran perjudicada del parqué ha vuelto a ser la libra esterlina, que ha llegado a registrar ... su mayor caída intradiaria en tres décadas y va camino de cerrar su peor mes desde que el 23 de junio de 2016 se celebró el referéndum sobre la permanencia. La causa del desplome: las reiteradas amenazas del primer ministro de salir de la UE el próximo 31 de octubre «pase lo que pase».
Con los mercados europeos ya cerrados, la libra se cambiaba por 1,215 dólares al depreciarse cerca de un 0,6%. Calma mostraba la moneda comunitaria, el euro, que cotizaba plana pese a las turbulencias que llegan del panorama político y se cambiaba por 1,114 billetes verdes.
Fiel a su retórica, Johnson se ha entrevistado este martes con su homólogo irlandés, Leo Varadkar, a quien ha advertido de que sigue firme en su compromiso de sacar a Reino Unido del club comunitario el 31 de octubre, «pase lo que pase», lo que deja cada vez más abierta la posibilidad de un Brexit sin acuerdo. Eso sí, ha manifestado que está dispuesto a tender puentes con los negociadores europeos «en un espíritu de amistad». «Su clara preferencia es dejar la UE con un acuerdo, pero éste debe abolir el 'backstop' -salvaguarda-», ha explicado la oficina de Johnson en un comunicado.
El plan de emergencia planteado para la frontera irlandesa, que entraría en vigor al término de la fase de transición en caso de falta de acuerdo, es uno de los principales escollos del plan que en su día negoció el Gobierno de Theresa May. Johnson, no obstante, ha insistido en que no quiere «registros o infraestructuras físicas» en la linde entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Dublín insistió en que la salvaguarda es un mecanismo de seguridad necesario para asegurar la invisibilidad de la frontera, manteniendo a Irlanda del Norte alineada con ciertas normas del mercado único y la unión aduanera, mientras que el resto de Reino Unido quedaría fuera de esos espacios económicos.
Ese arreglo podría prolongarse mientras Londres y Bruselas negocian la futura relación comercial, por lo que el Partido Democrático Unionista norirlandés (DUP, socio de los conservadores en el Parlamento británico y cuyo apoyo es fundamental para mantener la mayoría gubernamental) la rechaza, al temer que la región quede aislada indefinidamente del resto de Reino Unido.
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