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El explorador, retratado durante su reciente estancia en Ucrania. E. C.
«En Ucrania ya no existe el futuro, la guerra absorbe todo»

«En Ucrania ya no existe el futuro, la guerra absorbe todo»

Tras su experiencia sobre el terreno, el colaborador de EL CORREO Miguel Gutiérrez aportará mañana en un coloquio las claves para entender el conflicto en Ucrania

Lunes, 28 de marzo 2022, 02:00

Viajar para ver y contar. Con ese espíritu, el que mueve todas sus expediciones, el escritor, explorador y periodista Miguel Gutiérrez Garitano recaló en Ucrania, un país devastado por la guerra, desde hace unas semanas. Tras su experiencia sobre el terreno, ofrecerá un coloquio mañana a las 19.00 horas en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa en el que aportará claves para comprender la verdadera magnitud del conflicto. El acto contará con el profesor de la UPV Iván Igartua, especialista en lenguas eslavas, y será presentado por la directora de EL CORREO en Álava, Zuriñe Ortiz de Latierro.

- Del temor que se respira en Odesa a la devastación de Irpín, ha visto con sus propios ojos algunos de los escenarios principales de esta guerra. ¿Cómo lo está viviendo la población local?

- Como una catástrofe, allí no evaden esa sensación. La mayoría se ha enrocado en un espíritu de resistencia y están decididos a ser asesinados antes que ser tutelados, mucho menos por un dictador. He visto mucho estoicismo.

- ¿Cómo perciben su futuro?

- Pasa sobre todo en las familias con niños, todas ven truncadas las vidas de sus hijos, que estaban estudiando y ya no pueden ni siquiera ir a la escuela. Es terrible. Para el resto de la población, lo llamativo es que ahora mismo no creo que nadie ni siquiera piense en qué va a pasar. En Ucrania no existe el futuro, solo la guerra, que lo absorbe absolutamente todo.

- Quedará toda una generación marcada por el conflicto. ¿Cuál es la actitud de los niños?

- Tanto ellos como los adolescentes me decían que no tienen forma de evadirse de la guerra porque hasta en la televisión todas las cadenas se pasan todo el día emitiendo discursos patrióticos y marchas militares.

- ¿Qué momento es el que más le emocionó del viaje?

- Descubrir en Irpín a un grupo de voluntarios que, a diario, entraban en la batalla para evacuar a civiles, sobre todo a ancianos y niños. Constaté sobre el terreno el tremendo sacrificio y el enorme riesgo que asumen cada día y eso me resultó conmovedor.

- Pudo acompañar a voluntarios, la mayoría sin experiencia alguna con armas. Desde fuera, aparentan cierta desorganización.

- Efectivamente hay mucho ciudadano que se ha alistado. Incluso se ven cazadores en los 'checkpoints' con sus escopetas, pero me ha sorprendido lo perfectamente organizados que están, incluso los movimientos de resistencia civil. No he tenido esa sensación de ejército de Pancho Villa, más bien todo lo contrario. Es increíble la moral de victoria que tienen.

- ¿Cuál es la actitud de las autoridades ucranias con la prensa internacional?

- Es muy compleja la labor allí. Cada vez hay más barreras, más 'checkpoints' con peticiones de documentación. Se veta todo tipo de fotografías a soldados, a instalaciones hospitalarias... Temen ser víctimas de ataques y están todo el rato vigilando el trabajo de los periodistas, incluso hay fuertes interrogatorios al entrar en el país porque hay mucho quintocolumnista ruso.

- ¿Cómo se soluciona la logística más prosaica, los trayectos, los alojamientos... en un país en guerra?

- La llevábamos muy bien planteada desde aquí. Tanto mi compañero en el viaje, Diego Cortijo, como yo tenemos mucha experiencia. Entramos con nuestro propio coche y varios tanques de gasoil, ya que allí hay gran escasez y desabastecimiento de combustible. Nos movimos muy libremente y nos alojamos con un movimiento civil que, precisamente, se encarga de dar cobijo a los que informan del conflicto.

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