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Aún no gobierna y todavía negocia una coalición con los socialdemócratas, pero el presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y virtual nuevo canciller federal, Friedrich ... Merz, alcanza ya cotas máximas de impopularidad. Tres de cada cuatro alemanes se sienten engañados por el líder conservador, que en la reciente campaña electoral prometió ahorro y rechazó nuevas deudas y acaba de lograr la aprobación parlamentaria para el mayor gasto público en la historia de la República. Un billón de euros para Defensa e infraestructuras a crédito.
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Un 73% de los ciudadanos considera el giro radical de Merz un engaño a los votantes y le acusa de ocultar sus verdaderas intenciones en campaña. Tan solo un 25% estima que ese análisis es equivocado. Incluso el 44% de los votantes de CDU y sus hermanos bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU) se siente estafado por el futuro canciller y los dos partidos de centroderecha. El enfado de los alemanes con el líder conservador es de tal calibre que el 53% afirma no considerarle el político adecuado para dirigir el Ejecutivo nacional. Solo el 37% le valora positivamente.
Son cifras del último sondeo del Politbarometer, el barómetro político de la cadena pública de televisión ZDF, hecho público este viernes coincidiendo con la aprobación por el Bundesrat, la Cámara Alta, de la reforma del llamado freno a la deuda, que permitirá gastar de manera extraordinaria más de medio billón de euros en Defensa y la modernización del ejército, así como disponer de un fondo extraordinario de otro medio billón para inversiones en infraestructuras y el relanzamiento económico del país por iniciativa de conservadores y socialdemócratas.
Una iniciativa que presentaron Los Verdes en campaña y que los conservadores tacharon entonces de descabellada. Ahora CDU/CSU tuvieron que recular y negociar incluso con los ecologistas el apoyo parlamentario que han necesitado. Pese a todo, la mayoría de los alemanes respaldo las medidas adoptadas. El 64% de los consultados por el Politbarometer encuentra correcta la reforma del freno a la deuda, la ley que hasta ahora prohibía un endeudamiento público anual superior al 0,35% del PIB, para incrementar más allá incluso del medio billón de euros el gasto en Defensa y seguridad.
Más división se aprecia con el fondo extraordinario de otro medio billón de euros para inversiones en infraestructuras, desde ferrocarriles y carreteras a escuelas y hospitales, entre otros muchos proyectos urgentes. Un 50% considera la cifra adecuada, un 27% piensa que es demasiado, un 4% que es poco y un 15% que no hay que endeudarse en absoluto. La decisión de asumir créditos tan descomunales para financiar todo el paquete también ha hecho mella en la intención de voto de los alemanes, prácticamente un mes después de los comicios legislativos anticipados del pasado 23 de febrero que ganaron claramente los conservadores.
Los partidos de la Unión bajan un punto hasta el 27% de votos potenciales, mientras que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que logró en las elecciones convertirse en la segunda fuerza política del país y líder de la oposición parlamentaria, sube una décima más hasta un 22%. Otro punto ganan los socialdemócratas que sitúan en un 16%, mientras que Los Verdes bajan uno y lograrían ahora un 12% de los sufragios. La Izquierda se mantiene estable en un 10%, y los liberales (FDP) continúan expulsados del Parlamento al no alcanzar el necesario 5%.
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