Orbán recrudece su cruzada contra «el imperio global del arco iris»

«Bruselas abusa de su poder, como hizo Viena en su momento. Quieren gobernarnos como lo hicieron los gobernantes de la corte vienesa», advirtió Orbán en Budapest ante miles de sus seguidores. «Enhorabuena a todos los húngaros que no retrocedieron ante el imperio de (George) Soros, que no se arrodillaron ante Bruselas y que no se inclinaron ante el imperio liberal estadounidense», bramó el mandatario húngaro. Soros, un inversor y filántropo estadounidense de origen húngaro que apoya muchas causas liberales y progresistas, se ha convertido en blanco de numerosas teorías conspirativas de la derecha.

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El líder húngaro, amante también de las teorías de la conspiración, tachó a sus críticos de «chinches» y prometió que, tras la celebración de la fiesta nacional húngara, toca hacer limpieza de primavera. «Estamos desmantelando la maquinaria financiera que ha comprado con dólares corruptos a políticos, jueces, periodistas, pseudo-ongs y activistas políticos. Eliminaremos a todo el ejército en la sombra», advirtió el líder populista, que se ha convertido también en instigador de grandes desavenencias en el seno de la Unión Europea.

Orbán, en el poder desde 2010, acusó en la red social X a Bruselas de pretender «doblegar a su voluntad» a Hungría, confiscando sus derechos e imponiendo su «agenda globalista». El primer ministro considera, sin embargo, que no hay que dar la espalda a la Unión Europea, sino «ocuparla y cambiarla».

Su objetivo es transformar Bruselas «desde dentro», y, por eso, muchos lo consideran un virus troyano capaz de abrir grietas en la UE, a la que accedió en 2004. Cada vez son más las voces que consideran que su integración en el bloque fue un error y que los castigos que se le imponen son insuficientes.

El líder ultraconservador aseguró este sábado que por fin ha llegado la hora de «los patriotas». «Durante muchos años hemos escuchado decir que somos el pasado. Lo dijeron en el 48: el futuro pertenece al glorioso imperio de Viena. Lo dijeron en el 56: el futuro pertenece al imperio rojo soviético. Lo dicen ahora: el futuro pertenece al imperio global del arco iris», argumentó.

No obstante, recordó el auge de la derecha en los últimos tiempos. «Resultó que nosotros somos el futuro. Resultó que el futuro no era para los imperios, sino para los patriotas y las naciones independientes», añadió Orbán, considerado un modelo a seguir por muchos líderes ultraderechistas europeos.

«La batalla que hoy se libra es en realidad por el alma del mundo occidental», advirtió. «El imperio quiere sustituir a los nativos del continente por masas invasoras de civilizaciones ajenas», denunció, abrazando la teoría supremacista del 'gran reemplazo'. «No impidan que nuestra guardia nacional proteja nuestras fronteras. No traigan a inmigrantes y expulsen a los que hayan llegado ilegalmente», exigió el líder ultranacionalista húngaro a Bruselas.

Orbán acusó a la Unión Europea de no querer ayudar a Ucrania, sino de buscar «colonizarla». Según él, Bruselas está interesada en que la guerra entre Rusia y Ucrania continúe «cueste lo que cueste» para forzar la entrada de Ucrania en la UE.

El primer ministro húngaro, que considera que el futuro de la Unión Europea no debe ser decidido por «los burócratas de Bruselas» sino por los estados miembros, se mostró en contra de la entrada de Ucrania a la UE. «Una Unión, pero sin Ucrania», añadió el primer ministro, dejando entender que vetaría su entrada en el club comunitario.