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La magnitud de las atrocidades que rodean a la guerra de Ucrania no se puede medir en cifras pero, a veces, permiten hacerse una idea de la tragedia que se vive al este de Europa. Un informe del Observatorio de Conflictos, un grupo de investigación ... independiente financiado por el Departamento de Estado de EE UU, ha dado uno de estos números del horror: al menos 6.000 niños ucranianos están retenidos por Rusia desde el comienzo del conflicto, que está a punto de cumplir un año. Los menores se encontrarían, según este documento, en campamentos destinados a la reeducación y entre ellos hay críos incluso de pocos meses. Algunos se ofrecen en adopción.
Los hechos denunciados por este informe, que recoge imágenes de satélites y testimonios, podrían «en algunos casos constituir crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad». Se trata de traslados «forzosos» a decenas de campamentos repartidos por toda Rusia -43, en concreto, han localizado los investigadores- incluida Crimea, anexionada por Moscú, y Siberia donde reciben «educación patriótica» prorrusa. El documento, redactado por el laboratorio de investigación humanitaria de la Universidad de Yale en Estados Unidos, considera «inconcebible» estos desplazamientos y advierte de que suponen «una clara violación» de la IV Convención de Ginebra sobre el trato a civiles en situaciones bélicas.
Algunos de los campamentos donde han sido eviados los menores se hallan a miles de kilómetros de sus hogares. Ucrania ya había acusado a las tropas de Putin de haber secuestrado y llevado a los críos -entre quienes asegura que hay huérfanos- a territorios controlados por Rusia, pero el informe presentado este martes confirma el «esfuerzo sistemático para impedir el contacto entre los niños y sus familias, así como su retorno, y reeducarlos para que se vuelvan prorrusos». Una estrategia en la que estarían implicados funcionarios rusos -los investigadores han identificado a una docena- así como otras personas.
Washington reclama en un escrito a las autoridades de Moscú que «detengan de inmediato» esta política y que «devuelvan» a los niños. «La creciente evidencia de las acciones de Rusia deja al descubierto los objetivos del Kremlin de negar y suprimir la identidad, la historia y la cultura de Ucrania», lamenta la Casa Blanca, consciente de que el conflicto que comenzó el 24 de febrero de 2022 tendrá unos «efectos devastadores» en los pequeños ucranianos que «se sentirán durante generaciones». Un estudio de Unicef alertaba ya el pasado verano que cerca de un millar de menores había fallecido o había resultado herido en esta guerra, y la terrible cifra solo ha ido en ascenso en los últimos meses.
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