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IVANNIA SALAZAR
Londres
Lunes, 19 de septiembre 2022, 07:49
«Soy el duque de Norfolk y el conde mariscal (Earl Marshal), y el Rey me ha ordenado que ponga en marcha los preparativos para el funeral de Estado de su Majestad la Reina». Así empezó Edward Fitzalan-Howard una comparecencia ante la prensa tras ... el fallecimiento de Isabel II en la que explicó que las exequias tendrían lugar «en la abadía de Westminster la mañana del lunes 19 de septiembre» y dio todos los detalles del ceremonial que hemos visto estos últimos días y que se ha desarrollado de forma milimétrica: desde el traslado del cuerpo de la monarca del palacio de Holyroodhouse a la catedral de Saint Giles, en Edimburgo, hasta su llegada a Londres, primero al palacio de Buckingham y después a Westminster Hall. Y, por supuesto, el último viaje de hoy, de la abadía de Westminster hasta Wellington Arch y, después, al castillo de Windsor, a través de Long Walk. Allí se llevará a cabo la última ceremonia antes de que los restos mortales de la reina más longeva del Reino Unido descansen junto a los de su padre, el Rey Jorge VI, y su marido, Felipe de Edimburgo.
El conde mariscal es quien tiene la responsabilidad de la organización de los grandes y pomposos eventos estatales, incluidas las exequias del monarca. «Como responsable general del funeral», dijo, «permítanme terminar diciendo que, junto con muchos colegas de la Casa Real, las Fuerzas Armadas, la Policía y otras instituciones de la Iglesia y el Estado, cumpliremos con nuestro deber en los próximos días con el corazón apesadumbrado», pero «también con la más firme determinación de asegurar un adiós digno a una de las figuras definitorias de nuestro tiempo; una monarca a quien tuvimos el verdadero privilegio de haber tenido como jefa de Estado de nuestro país y los reinos, y jefa de la Commonwealth». Y se hizo eco de las palabras del Rey en su discurso inicial, «cuando dijo en su transmisión que tenemos una deuda con ella. Creo que podemos, de alguna manera, pagar esa deuda cumpliendo sus últimos deseos».
Pero, ¿quién es este hombre, que por primera vez debe cumplir con el deber de organizar el funeral de un monarca del Reino Unido? Edward Fitzalan-Howard, de 65 años, es el duque de más alto rango de Inglaterra, y heredó su título tras la muerte de su padre hace veinte años, convirtiéndose así en el decimoctavo duque de Norfolk. Entre sus responsabilidades están la de organizar la apertura del Parlamento, así como los funerales y coronaciones de los monarcas; estos dos últimos, eventos que debe poner en marcha ahora por primera vez en su vida y con los ojos del mundo prestando atención a cada detalle.
Y aunque su trabajo es entre bambalinas, el 10 de septiembre se le vio en el balcón del Palacio de Saint James cuando el rey de armas leía la proclamación de Carlos III. Cabe destacar que desde el siglo XVI el conde mariscal ha tenido autoridad sobre los reyes de armas y los heraldos. Miembro de la Cámara de los Lores y padre de cinco hijos, estudió en la Universidad de Oxford y dirigió varias empresas, como una de carpintería y otra de gas embotellado. También es patrono de la organización juvenil West Sussex County Scouts. Según el diario 'The Guardian', es piloto de carreras y esquiador, y en su círculo de amigos le llaman Eddie. Se estima que tiene una fortuna de más de cien millones de libras esterlinas y su familia ha ocupado el cargo de Earl Marshal desde el año 1386.
En 2011 fue noticia en la prensa del corazón cuando se separó de su esposa, Georgina, lo que provocó que no asistieran a la boda de Guillermo y Catalina, ahora Príncipes de Gales. No obstante, cinco años después se reconciliaron, pero la relación volvió a romperse a finales del año pasado, noticia que confirmó el propio duque a 'The Daily Mail': «Quiero dejar en claro que nuestro matrimonio ha terminado». Hace un mes firmaron el divorcio, una situación que según la prensa local fue «terriblemente triste» para ambos, que eran amigos de la Reina, y que vivían en el castillo de Arundel, que data del 1067, en la localidad inglesa de West Sussex.
Este año, el duque, que parece que tiene una nueva pareja y que fue acusado de violar la ley por conducir utilizando a la vez el teléfono móvil, fue nombrado Caballero de la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana por sus servicios a la monarquía en los honores anunciados en junio con motivo del Jubileo de Platino de la Reina.
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