La cumbre de la OTAN y la decisión del G-7 de ofrecer «garantías de seguridad» a Ucrania han energetizado la maquinaria aliada de suministro de armas a Kiev. Mientras los países de este grupo y otros gobiernos afines se preparan para enviar nuevos equipos ... militares que abarcan desde blindados alemanes de infantería Marder y los minidrones 'Black Hornet' de fabricación noruega hasta las polémicas bombas de racimo prometidas por Estados Unidos, todo ello con el fin de romper las defensas rusas en el Donbás, el pleno del Parlamento Europeo aprobó este jueves un acuerdo urgente para aumentar la producción continental de munición. Su propósito es que los Veintisiete puedan llenar de nuevo sus arsenales, que la guerra en la exrepública soviética ha dejado bajo mínimos, además de mantener el abastecimiento de balas, obuses y misiles que requiere el ejército ucraniano para una guerra que se perfila todavía muy larga.
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El pacto mira especialmente a las empresas de pequeño y mediano tamaño, fundamentales en la producción de munición básica y que se enfrentan a auténticos cuellos de botella dada su falta de capacidad ante el ritmo acelerado de consumo de las tropas en el frente. La Cámara ha habilitado ya 500 millones de euros para «cumplir con el aspecto más urgente de la ley, como es garantizar el suministro de más munición para Ucrania. Es un testimonio de la solidaridad de Europa y va en beneficio de nuestra seguridad colectiva», declaró el negociador de la Eurocámara, el rumano Cristian Busoi.
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Olatz Hernández
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Mientras el Parlamento firmaba el protocolo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se felicitaba por haber conseguido una inédita «garantía de seguridad» en el «camino del país hacia la OTAN. Nunca antes habíamos tenido unos cimientos semejantes. Sobre esta base, construiremos una nueva arquitectura jurídicamente vinculante de tratados bilaterales de seguridad con los países más poderosos», añadió Zelenski, sin aparentes rastros ya del enfado que mostró el martes en Vilna (Lituania) cuando la Alianza frustró sus deseos de una inmediata adhesión a la organización. No, al menos, hasta que termine la guerra y Kiev haya avanzado en el proceso de democratización y lucha contra la corrupción que ha sufrido de forma endémica la Administración del país.
La reacción de Zelenski molestó a su homólogo estadounidense, Joe Biden, según desveló este jueves 'The Washington Post', aunque los dos líderes recondujeron más tarde la situación. El inquilino de la Casa Blanca buscaba algo más de sosiego en la cumbre lituana, a la que asistió con la compleja misión de navegar entre dos aguas. Por un lado, se encontró con la presión de diferentes países, especialmente los del ámbito báltico, para acelerar la incorporación de Ucrania al paraguas defensivo de la OTAN. Pero, por otro, estaba forzado a actuar con la cautela necesaria que supone medir los pasos ante Moscú y su amenaza de involucrar a todo Occidente en un conflicto bélico si entiende que los aliados atacan a Rusia.
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Sistema de misiles tierra-aire de largo alcance; se hicieron populares tras la Guerra del Golfo, donde se usaron masivamente.
Misil de crucero de largo alcance de fabricación europea. Denominación francesa del 'Storm Shadow'. Puede ser disparado desde los aviones ucranianos Sukhoi Su24.
El Marder 1A3 es un vehículo de combate de infantería (VCI) que fue diseñado en los sesenta y producido a fines de los setenta para el ejérctio de Alemania Federal. Transporta 12 soldados que pueden disparar desde él.
Fabricación noruega. Con cámaras para observar al enemigo.
Carro de combate de fabricación alemana, joya de la corona de los blindados europeos, pero menos capaz de lo esperado en el escenario ucraniano.
Así lo entienden también otros líderes internacionales, que han llamado a la moderación en el impulso de rearme de Ucrania. Marine Le Pen, líder del ultraderechista Agrupación Nacional, calificó este jueves de «irresponsable» la decisión del Gobierno francés de enviar misiles de largo alcance Sculp a las fuerzas armadas ucranianas. Se trata de la versión gala de los británicos Storm Shadows, que pueden cubrir una distancia superior a 200 kilómetros. «No entiendo por qué Emmanuel Macron no se concentra plenamente en organizar una conferencia de paz para poner fin» a la guerra, sostuvo la diputada en declaraciones al diario 'Le Monde', antes de advertir que suministrar cohetes capaces de «golpear a un tercer país podría provocar una tercera guerra mundial».
También el ministro de Defensa australiano ha expresado sus dudas sobre la solicitud del Gobierno de Zelenski para recibir aviones de combate, que considera «complicada». Menos complaciente se mostró su homólogo británico, Ben Wallace, quien durante la cumbre contó como en una ocasión tuvo que responder con un expeditivo «yo no soy Amazon» a un grupo de autoridades ucranianas que le convocaron a una reunión para la que tuvo que viajar durante once horas con el fin de presentarle solamente una larga lista de armas.
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En el otro extremo de estas reticencias, los ministros de Defensa de Dinamarca y Países Bajos han reiterado su propósito de entrenar a pilotos ucranianos en el manejo de aviones de combate F-16 a partir del próximo mes, dentro de una coalición que compromete a once países. El anuncio ha tenido la respuesta de Moscú, cuyo jefe de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha señalado que el Kremlin considera una «amenaza nuclear» de Occidente poner a disposición de Kiev unas aeronaves capaces de portar armas atómicas.
El aviso de Lavrov pone en evidencia las dificultades de Washington para evitar que algunos de sus aliados le adelanten en materia de rearme, con el consiguiente peligro de rebasar las líneas rojas establecidas por la propia Casa Blanca para evitar un conflicto directo con Moscú. Biden viajó este jueves a Helsinki, en vísperas de una reunión con los países nórdicos, y allí restó valor a las palabras de Lavrov. «No creo que haya una posibilidad real de que Putin use el arma nuclear. No solamente Occidente, sino también China y el resto del mundo le dijeron 'no se adentre en ese terreno'», dijo durante una rueda de prensa en la que depositó su confianza en la contraofensiva ucraniana -a la que suministrará bombas de racimo y más tanques- para forzar a Rusia a negociar la paz. «Mi esperanza y mi expectativa son que Ucrania realice avances significativos y que eso conduzca a una solución negociada en algún momento», concluyó.
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