La concentración de tractores para protestar contra el acuerdo con Mercosur obligó a cortar el tráfico cerca de Estrasburgo. AFP

Los agricultores franceses suben la presión contra el tratado con Mercosur

Los principales sindicatos organizan cortes de carreteras y otras acciones de protesta en más de ochenta puntos con la mirada puesta en el G-20 de Río de Janeiro

Enric Bonet

París

Lunes, 18 de noviembre 2024, 22:09

Los cortes de carretera y otras acciones de protesta por parte de los agricultores han regresado en Francia. Los principales sindicatos agropecuarios organizan desde este lunes y hasta el miércoles movilizaciones en más de ochenta puntos del país vecino. Nueve meses después de las manifestaciones ... del sector primario que obligaron al Ejecutivo galo a hacerles varias concesiones -y que se reprodujeron en la mayoría de los países de Europa-, la FNSEA, los Jóvenes Agricultores y otras organizaciones han vuelto a la calle esta semana. Su principal objetivo: reforzar la oposición del Gobierno al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, que se debate en el G-20 de Río de Janeiro.

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Agricultores y granjeros han vuelto a cortar carreteras, aunque esta vez solo de manera parcial y con un menor número de manifestantes. Han planteado estas protestas como una advertencia, que irá a más si el Ejecutivo de Emmanuel Macron y Michel Barnier no escucha sus reivindicaciones. Uno de esos bloqueos de la circulación tuvo lugar en la N118, en el oeste de la región de París. Se trata de un lugar simbólico al haber concentrado los tractores, camionetas y otros vehículos cerca de la base aérea de Velizy-Villacoublay, desde donde despegó el avión presidencial dirección a Sudamérica. «Macron, si vas a Río, no te olvides de tus payeses», afirmaba una pancarta en medio de esa carretera nacional.

El tratado entre la UE y los países de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) está en el centro de estas acciones, que cuentan con la simpatía de la mayoría de la población. Pretenden reforzar el rechazo del Gobierno francés a un acuerdo de libre comercio que se negocia desde 1999 y que la Comisión Europea, especialmente con el apoyo de España y Alemania, quiere culminar antes de que se termine este año.

Normas medioambientales

«Francia no firmará en el estado actual el tratado con Mercosur», sostuvo el domingo Macron tras reunirse en Buenos Aires con el presidente argentino, Javier Milei. El principal temor, tanto de las autoridades galas como de los productores del sector primario, se debe a la posibilidad de que ese acuerdo comercial llene el mercado europeo de carne, trigo y otros productos latinoamericanos más baratos y que no respeten las mismas normas medioambientales -más exigentes- que en el Viejo Continente.

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Ante estos argumentos, los partidarios del tratado reivindican la necesidad de abrir nuevos mercados en un momento de ralentización económica y en que Estados Unidos, tras la elección del nacionalista Donald Trump, puede aplicar una batería de medidas proteccionistas. El canciller alemán, Olaf Scholz, lamentó este lunes que las negociaciones «hayan durado tanto» y aseguró que se debe «finalizar ahora este acuerdo».

La Comisión Europea tiene la posibilidad de rubricarlo pese a la férrea oposición gala

La Comisión Europea tiene la posibilidad de firmarlo pese a la férrea oposición por parte de Francia. No obstante, si tomara una decisión de este tipo, supondría ignorar la voluntad de una de las principales potencias del bloque comunitario. Lo que conllevaría el riesgo de propiciar una crisis entre Bruselas y París, aún más teniendo en cuenta que la oposición al acuerdo con Mercosur es una de las pocas cuestiones que genera consenso en la fragmentada política gala.

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Macron y Barnier quieren satisfacer a los sindicatos agropecuarios ante el temor de que su indignación se expanda en otros sectores. El resurgimiento de la rabia del campo ha coincidido con una nueva huelga esta semana por parte de los trabajadores de la empresa ferroviaria estatal SNCF. Los representantes sindicales del funcionariado anunciaron la semana pasada huelgas sectoriales para el 5 de diciembre. Si convergen estos distintos focos, representaría toda una advertencia para el Gobierno de Barnier, que gobierna sin el apoyo de la mayoría de la Asamblea Nacional y que depende de los humores de la extrema derecha de Marine Le Pen.

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