Springsteen pone el rock al servicio de Kamala ante 23.000 personas: «Trump es un tirano»

La involucración de las 'stars' estadounidenses en una campaña electoral no es nueva, pero posiblemente esta sea la de mayor envergadura... después de Barack Obama, claro. En sus dos mandatos presidenciales reveló una singular destreza en encontrar la alquimia entre política y celebridades. Festejó cumpleaños con lo más notable de la NBA, logró el compromiso de Hollywood a través de Susan Sarandon, Robert de Niro, Tim Robbins, Leonardo DiCaprio, Steven Spielberg, Demi Moore y Dustin Hoffman, entre otros grandes intérpretes, y celebró su última investidura rodeado de artistas como Beyoncé, Stevie Wonders, Marc Anthony y Alicia Keys. Quizás estuvo a punto de descarrilar cuando acudió a un acto privado en casa de Sarah Jessica Parker, protagonista de 'Sexo en Nueva York', solo para 50 invitados que debían abonar 40.000 dólares por su asistencia. El republicano Donald Trump hizo sangre durante días por la demostración de «elitismo» del político demócrata.

En Atlanta, esta noche del jueves (madrugada de este viernes en España), todo parece indicar que Obama ha tirado de agenda y convocando a algunos de aquellos famosos simpatizantes, como Samuel L. Jackson y Spike Lee, También ha convocado a Beyoncé, que este viernes comparirá mitin con Kamala Harris en Houston, donde está prevista la aparición además de la leyenda progresista Willie Nelson, una institución de la música americana y las historias sobre gente corriente.

La candidata utiliza la canción 'Freedom' de Beyoncé como entrada a cada uno de sus mítines, aunque es cierto que en Atlanta le falló la introducción: tras esperar varios minutos en vano a que su equipo de producción lograra activar el 'play', Kamala subió al escenario donde le esperaba Barack Obama sin su electrizante sintonía de campaña. Aunque todo dio igual. Las 23.000 almas congregadas en el estadio de fútbol de la escuela secundaria en Clarkston, a las afueras de Atlanta, se vinieron arriba en cuanto ella dijo: «Yes, we can», en alusión a la famosa frase de bandera del primer presidente negro de la historia de Estados Unidos.

Por cierto, aparte de Barack, la candidta demócrata compartirá este sábado mitin con Michelle Obama. Es la primera vez que ambas celebran un acto conjunto y la expectación es máxima. Michelle fue primera dama de Estados Unidos; Kamala aspira a ser la presidenta. Ambas son mujeres, Ambas son de color. Michelle conserva un carisma magnético en un electorado demócrata donde Kamala representa la fuerza del progreso. Dos fuerzas en un escenario. ¿Alguien se acuerda en este despliegue estelar de Joe Biden? Parece que no. Pese a ser el presidente del país y la candidata su vicepresidenta, el partido no ha programado (o, al menos, anunciado) actos conjuntos entre ambos en los próximos días, posiblemente con el objetivo de distanciar a Harris de algunas de las políticas del Gobierno.

Springsteen es un tipo que cae muy bien entre los estadounidenses blancos de cierta edad y en buena parte de la juventud rebelde, dos sectores donde Kamala encalla. Spike Lee, Samuel L. Jackson y Tyler Perry son populares en el electorado negro, al que los demócratas arrastran menos de lo que esperaban. Todos estuvieron juntos en Atlanta, una de las principales ciudades de Georgia donde, vaya casualidad, han votado ya por anticipado dos millones de electores. Las señales apuntan a que el republicano Trump gana en el Estado con cierta ventaja y es eso lo que tratan de contrarrestar actos de estadio como el de Clarkston. Toca movilizar a quienes no han anticipado su papeleta y el 5 de noviembre acudirán a los colegios electorales.

«Juntos tenemos la oportunidad de elegir una nueva generación de líderes para este país», anunció Obama al público, justo unas cuantas horas después de cantar con el rapero Eminem en otro mitin de la gira del expresidente por los Estados donde su pupila se la juega. El antiguo inqulino invitó a los simpatizantes demócratas y a los indecisos a «construir un Estados Unidos mejor, más fuerte, más justo y más esperanzador». Kamala le elogió más tarde como el estadista cuya «forma de dirigir inspiró a millones» de ciudadanos.

Bruce Springsteen era esperado por una multitud. Muchos le vieron a través de las pantallas de vídeo instaladas en el estadio. Toco tres canciones especialmente adecuadas para este marco: 'The Promise Land' ,'Land of Hope and Dreams' y 'Dancing in the Dark'. En su breve discurso calificó a Trump de pretender entronizarse como un «tirano estadounidense». «Él no entiende este país, su historia ni lo que significa ser profundamente estadounidense», aseveró en la misma línea de un vídeo que publicó hace semanas en las redes sociales en el que advertía contra el republicano por su «desprecio» a la democracia y a los valores de la Constitución. De Kamala Karris y su compañero electoral, Tim Walz, el rockero afirmó que «están comprometidos con una visión de país que respeta e incluye a todos».

Samuel L. Jackson y Spike Lee, por su parte, llamaron a los indecisos a votar por el Partido Demócrata bajo la premisa de que «no vamos a regresar» a un nuevo mandato trumpista. El cineasta afroamericano fue contundente al manifestar que estas elecciones se juegan «a vida o muerte» y animó: «Peleamos, ganamos». De todos los artistas presentes, sin embargo, Tyler Perry resultó ser el más directo. Él es uno de los grandes reyes del entretenimiento del país y cuenta en su haber con películas , obrass teatrales y programas de televisión, muchos de ellos basados en la vida de los negros en América. Anoche jugaba en casa. Atlanta. «Me he dado cuenta de que en esta América de Donald Trump no hay ningún sueño que se parezca a los míos», subrayó en medio de una diatriba sobre la inmigración, la Sanidad o la vivienda más profunda respecto a los mensajes de sus compañeros de escena.

Perry tiene una historia que contar. Su infancia y su juventud transcurrieron en la indigencia. Dormía en coches o en moteles. Escribía. Quería hacer teatro. Su oportunidad llegó en 1998 cuando un productor vio la oportunidad de convertir en una obra de teatro el diario donde hablaba de la miseria y de sus ilusiones. El cineasta, que acaba de estrenar 'Beauty in Black en Netflix, suele donar parte de su fortuna a causas sociales o la adquisición de viviendas para personas sin recursos.

Desde esa posición, anoche mostró el lado emocional del mitin demócrata al confesar que no entendía la reticencias del electorado negro trabajador a votar por Kamala Harris y preferir en cambio a un candidato cuyo padre «tenía millones de dólares». «Trabajé muy duro para comprar mi primera casa, para construir mi negocio y cuidar de mi familia». «Estoy aquí, con toda la voz, con el pecho lleno, implorándoles que salgamos y hagamos de Kamala Harris la presidenta de Estados Unidos», clamó tras confesar que esa misma tarde había enviado su voto a favor de la candidata demócrata, que a un lado no podía ocultar su sonsrisa.