Pedro Sánchez, Von der Leyen y el resto de líderes mundiales, consternados por el intento de asesinato contra Trump

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha condenado el ataque al expresidente Donald Trump y ha destacado que la violencia y el odio «no tienen cabida en una democracia». «Quiero trasladar mi más rotunda condena al ataque sufrido por Donald Trump durante un mitin en Pensilvania», ha publicado en la red social X Sánchez, quien ha deseado a Trump una pronta recuperación. También ha traslado ese deseo al resto de heridos y el pésame a los familiares de la persona fallecida.

El jefe de la ONU, Antonio Guterres, condenó «inequívocamente este acto de violencia política», dijo su portavoz Stephane Dujarric.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, se dijo «profundamente conmocionada por el tiroteo». «Deseo a Donald Trump una rápida recuperación», declaró Ursula von der Leyen.

El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, condenó «firmemente» el ataque. «Nuevamente somos testigos de inaceptables actos de violencia contra representantes políticos», lamentó.

El primer ministro británico, Keir Starmer, dijo el domingo que estaba «consternado por las impactantes imágenes» en el mitin. «La violencia política de cualquier tipo no tiene lugar en nuestras sociedades», afirmó el líder laborista.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron envió sus «deseos de una pronta recuperación» a Trump. «Es una tragedia para nuestras democracias», afirmó.

Desde Hungría, el primer ministro nacionalista Viktor Orban, que se reunió con Trump esta misma semana, envió al candidato republicano «pensamientos y oraciones» en «este momento oscuro».

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó su «solidaridad» con Trump y dijo esperar que «el diálogo y la responsabilidad» prevalezcan «sobre el odio y la violencia» en la campaña electoral.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, deseó a Trump una «rápida recuperación». «Esta violencia no tiene justificación ni lugar en ningún lugar del mundo», afirmó.

Y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que él y su mujer Sara estaban «conmocionados por el aparente ataque» contra Trump. «Rezamos por su seguridad y su rápida recuperación», escribió en X.

Condenas de América Latina

El presidente argentino, Javier Milei, culpó a la «izquierda internacional» del intento de asesinato contra Trump. «Con pánico a perder en las urnas, recurren al terrorismo para imponer su agenda retrógrada y autoritaria», afirmó Milei en su cuenta de X.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, también reprobó «lo sucedido al expresidente Donald Trump». «La violencia es irracional e inhumana», declaró en la misma red social.

En la frontera norte de Estados Unidos, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que estaba «asqueado por el tiroteo al expresidente Trump» y subrayó que «la violencia política nunca es aceptable».

Destacados líderes de izquierdas en América Latina expresaron su rechazo al intento de asesinato contra el candidato republicano. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que «debe ser condenado firmemente por todos los defensores de la democracia» y el chileno Gabriel Boric advirtió que «la violencia es una amenaza a las democracias».

«A pesar de nuestras profundas diferencias ideológicas y políticas, la violencia, sin importar de dónde procede, debe ser siempre rechazada», dijo el presidente boliviano, Luis Arce. También se sumó a las condenas el gobierno de Colombia: «Como país que ha sufrido la violencia, reafirmamos que esta no tiene ningún espacio en el debate político y electoral».

«Hemos sido adversarios, pero le deseo al presidente Trump salud y larga vida, y repudio ese atentado», declaró en un mitin electoral en Venezuela su presidente Nicolás Maduro. En Ecuador, que en agosto de 2023 vivió el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, su gobierno condenó «toda forma de violencia política» y señaló que el magnicidio del año pasado ya «demostró el profundo daño que el extremismo político inflige en los procesos electorales».

En Centroamérica, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, rechazó el ataque y advirtió que «cuando la violencia entra en la arena política, perturba los procesos (electorales) y amenaza las libertades que la democracia garantiza».

Repulsas desde Asia

El primer ministro indio, Narendra Modi, dijo el domingo que estaba «muy inquieto» ante el intento de asesinato de su «amigo» Donald Trump.

El japonés, Fumio Kishida, arremetió contra los ataques políticos y pidió mantenerse «firmes contra cualquier forma de violencia que rete a la democracia».

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijo que era «un ataque inexcusable contra los valores democráticos (...) y la liberad», y el presidente taiwanés, Lai Ching-te, expresó sus «sinceras condolencias» a las víctimas.

«¿No debería redirigirse el dinero que se dedica al arsenal de Ucrania a la Policía y a los servicios de seguridad estadounidenses encargados de garantizar la ley y el orden dentro del país?», se pregunta en su canal de Telegram la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, en la única reacción rusa por el momento al atentado sufrido por el expresidente estadounidense y actual candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.

A juicio de Zajárova, «con la financiación masiva y el suministro incontrolado de armas a Kiev, Washington ha creado una estructura terrorista en Ucrania». Se trata, según sus palabras, de «una máquina de fabricar asesinatos y atentados, no sólo de figuras políticas, sino también de población civil».

La portavoz diplomática rusa cree también que las autoridades norteamericanas «deberían hacer balance de su política de instigación del odio hacia opositores políticos y hacia países y pueblos extranjeros». Acusa además a Washington de haber financiado los supuestos intentos fallidos de Ucrania de asesinar al presidente ruso, Vladímir Putin.

Aunque las autoridades rusas admiten que una victoria de Trump en las presidenciales de noviembre no sería la panacea total para Moscú, sí esperan que tal posibilidad termine suponiendo un descenso significativo de la ayuda militar a Ucrania e incluso que se retire definitivamente, lo que podría aumentar las posibilidades de las tropas rusas de avanzar en el frente.

Trump ha dado a entender que, si llega a la Presidencia, acabaría con la guerra en Ucrania, lo que, según Kiev, podría aumentar las presiones para que se preste a alcanzar un acuerdo de paz desfavorable en cuanto probablemente contemplaría que los territorios ocupados actualmente por el Ejército ruso queden bajo el total control de Moscú.

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