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Estados Unidos avanza hacia el caos y descontrol a causa del imparable azote del coronavirus. Tras registrarse en 24 horas un nuevo récord que sitúa al país por encima de la barrera de los 152.000 muertos y los 4,5 millones de contagios, el ... presidente, Donald Trump, ha vuelto a dar la voz de alarma. El líder que hace tan solo unos meses ponía en duda los efectos y el alcance del Covid-19 ha comparecido ante la prensa para alertar de que un confinamiento total «ya no sería la respuesta» adecuada para hacer frente a la emergencia sanitaria.
El jefe de la Casa Blanca ha reconocido que una cuarentena solo tendría sentido para intentar aplanar la curva y desarrollar terapias y tratamientos. Sin embargo, ha señalado que paralizar la economía «para lograr una reducción temporal de los casos ciertamente no es una estrategia viable a largo plazo para ningún país». La advertencia de Trump se produce en un momento crítico, sobre todo después de que se diera a conocer el jueves que el PIB de la mayor potencia del mundo ha sufrido la caída más grande de su historia, al reducirse un 33% en el segundo trimestre.
Convencido de la urgencia de contener el avance del coronavirus sin llevar a Estados Unidos al descalabro económico, Trump ha recomendado el uso de mascarillas en caso de que no pueda garantizarse la distancia social, una petición que contrasta con sus hasta ahora manifiestas reticencias a usar este tipo de sistema de protección. Asimismo, ha instado a proteger a los grupos más vulnerables. «Todos, incluso los jóvenes sanos, deben tener un cuidado extraordinario para evitar infectar a las personas con mayor riesgo de esta terrible enfermedad», ha incidido.
Mientras varios Estados -con Florida, California y Texas, a la cabeza- siguen sumando día tras día repuntes récord, la preocupación se dispara en el país por los malos datos y por el largo camino que queda por delante. El principal responsable científico de la lucha contra el coronavirus y epidemiólogo jefe de la Casa, Anthony Fauci, ha reconocido que todavía es «imposible predecir» cuándo el país se acercará al pico y el Covid-19 comenzará a remitir. En cualquier caso, ha advertido que la duración de la pandemia dependerá de la responsabilidad ciudadana, de cómo se respete el distanciamiento, se utilicen mascarillas y se cumplan con las medidas encaminadas a detener la propagación.
La compleja situación ha llevado a Trump a coquetear con la idea de aplazar las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, un hecho inédito que ni siquiera se produjo en la Guerra de Secesión (1861-1865). La propuesta de Trump, al que aventaja en las encuestas su rival, el demócrata Joe Biden, ha cosechado en cualquier caso el rechazo unánime de toda la clase política, incluido su Partido Republicano. A pesar de que el mandatario ha esgrimido, sin pruebas, que un voto universal por correo daría lugar a unos comicios «imprecisos e inseguros», no parece probable que la fecha vaya a cambiar ya que esa decisión compete al Congreso, controlado por la oposición.
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