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Gabriel Cuesta
Miércoles, 4 de octubre 2017, 13:16
El presidente de EEUU, Donald Trump, volvió a ser el centro de la polémica en su viaje a Puerto Rico, hasta donde se desplazó este martes para ser testigo de la devastación causada el pasado septiembre por el huracán María. El ... mandatario estadounidense ha sido criticado tras haber restado importancia al bajo número de víctimas -34 en total- y afirmar que no se tratara de «una catástrofe real».
«Si miras una catástrofe real como el Katrina (...), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora», declaró Trump a su llegada a la base aérea Luis Muñiz, de la Guardia Nacional, en referencia al ciclón que azotó Nueva Orleans en 2005 y que dejó más de 1.800 muertos.
Otro de los momentos más polémicos ha sido en la entrega de ayuda para damnificados en la que ha participado el presidente. Trump volvió a hacerse notar para mal de nuevo. En lugar de dar en mano rollos de papel higiénico a unos afectados que tardan cinco horas en recibir todo tipo de sustento, el magnate decidió que era mejor idea arrojarlo por los aires ante la incrédula mirada de sus acompañantes.
Trump finalmente ha acudido a Puerto Rico tres semanas después del paso del huracán María. El presidente de los EEUU había sido duramente criticado por no visitar la zona puertoriqueña y sí hacerlo en Houston tan solo un par de días después del desastre causado por Harvey. Sus palabras allí tampoco han calmado las críticas si se tiene en cuenta que ha echado en cara a Puerto Rico que «se vea desfasado el presupuesto» de la Casa Blanca debido a las ayudas emitidas desde el Gobierno estadounidense. «Gastamos un montón de dinero en Puerto Rico y eso está bien, hemos salvado muchas vidas», ha afirmado con sorna. «El hormigón aguanta, pero la madera, no», dejó caer a los residentes de Guaynabo, una de las zonas más afectadas.
Antes de abandonar la isla, el presidente aprovechó para conversar con el gobernador de las Islas Vírgenes estadounidenses, Kenneth Mapp, al que agradeció su «compromiso», que ha permitido empezar a reabrir las escuelas y comenzar a recibir cruceros de nuevo tras el azote del huracán María.
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