Kerr dirige a los Golden State Warrios ante los Wizards con una camiseta que anima a votar. REUTERS

La ironía de Steve Kerr tras el triunfo de Trump: «Suerte que no ha pasado como la última vez, cuando aquellos ilegales votaron seis veces»

Muchos entrenadores y jugadores de la NBA se posicionan contrarios al magnate, una postura que choca con las millonarias donaciones de algunos dueños de franquicias

Jueves, 7 de noviembre 2024, 17:20

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha tocado aro. La mayoría de jugadores y entrenadores de la NBA se han mostrado en los últimos años contrarios al magnate, una postura que contrasta con las millonarias donaciones por parte de los dueños de las franquicias. Y todo apunta a que su enfrentamiento con los protagonistas en la cancha continuará en su regreso al Despacho Oval. En las últimas horas, los primeras estrellas del deporte de la canasta han comenzado a postularse contra el segundo mandato del republicano, arrollador en las urnas ante Kamala Harris. Y entre esas voces se eleva la de Steve Kerr, entrenador de Golden State Warriors y reconocido demócrata antitrumpista. «Estoy agradecido de que esta vez no hubo ningún fraude electoral. La última vez, todos esos inmigrantes ilegales que irrumpieron en la frontera, violaron y asesinaron a personas y luego votaron seis veces, fue desafortunado», ironizó tras los resultados del martes.

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«Afortunadamente, esta vez todo estaba limpio. Es fantástico que todas las elecciones hayan sido realmente válidas excepto la última, hace cuatro años», señaló en tono sarcástico Kerr, en la rueda de prensa previa a la victoria de los Warrios ante los vigentes campeones de la NBA, los Boston Celtics. A lo que hace referencia la leyenda del baloncesto es a las graves acusaciones de fraude electoral que Trump vertió tras la victoria de Biden y que derivaron en el asalto al Capitolio. Como jugador, Kerr consiguió cinco veces en ansiado anillo: tres con los legendarios Chicago Bulls de Michael Jordan en su segundo triplete y dos posteriormente con San Antonio Spurs. Ya en los banquillos, repitió la hazaña con los Warriors de Curry en cuatro ocasiones.

Kerr insistió en su comparecencia en que cree «en la democracia y que la gente de Estados Unidos ha hablado y ha votado por Trump». «Quiero que le vaya bien en los próximos cuatro años y que al país le vaya bien. Soy muy consciente de que vivo en una burbuja y soy una de las personas más afortunadas de la Tierra. Entonces quiero lo mejor para nosotros. Y espero que Trump pueda lograrlo». No es la única estrella de la NBA que se ha posicionado en contra de Donald Trump. Durante la campaña electoral, la demócrata Kamala Harris consiguió el apoyo de Kerr, LeBron James y muchas otras estrellas del deporte estadounidense. Precisamente, la estrella de su equipo, el base Stephen Curry, participó en la convención demócrata con el oro olímpico de París al cuello. La baloncestista Diana Taurasi, la exfutbolista Megan Rapinoe y la extenista Billie Jean King son algunas de las deportistas más importantes que apoyaron a Kamala Harris.

También reaccionó a los resultados electorales LeBron James, «Esta mañana mi corazón y cabeza pesan, princesa mía. Prometo que te protegeré con todo lo que tengo y más. No necesitamos su ayuda», escribió en sus redes sociales tras la victoria republicana. De hecho, la gran estrella de la NBA y Trump protagonizaron en el pasado un importante cruce dialéctico. El magnate tachó de organización política a la liga de baloncesto e por permitir a sus jugadores arrodillarse durante la interpretación del himno de Estados Unidos en el marco del movimiento 'Black Lives Matter'.

Guerra al baloncesto

La complicidad de la NBA con el movimiento dinamitó su relación con Trump en el tramo final de su primer mandato. Pasaron a ser enemigos. Ahora, Trump ya ha anticipado durante la campaña electoral que dará guerra a la liga de baloncesto estadounidense. Les acusa de no cuidar bien al aficionado y fijar precios para las entradas desorbitados. Entre sus principales apoyos dentro del mundo del deporte, se encuentran el presidente de la UFC, Dana White; el boxeador Mike Tyson o el jugador de la NFL, Nick Bosa.

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Queda por ver si las franquicias de la NBA se ausentarán de la tradicional recepción en la Casa Blanca, una costumbre rota solo durante el mandato previo de Trump. En 2016, Kerr anunció que no iría a visitar al entonces presidente, un plantón que respaldó Curry. Trump, muy enfadado, arremetió con ellos por Twitter: «¡Invitación retirada!». Jugadores y entrenadores han mostrado su preocupación (de una forma más reducida que en el pasado) por un discurso que consideran homófobo, xenófobo, misógino y racista. Algo que choca con, por ejemplo, los 130 millones que Miriam Adelson, propietaria de los Dallas Mavericks, donó para su campaña.

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