Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
mercedes gallego
Corresponsal.Nueva York
Miércoles, 2 de marzo 2022, 07:10
Vladimir Putin proporcionó ayer al presidente Joe Biden un dulce momento de bipartidismo, que se suma a los inesperados efectos de la invasión de Ucrania, desde el fortalecimiento de la OTAN a la militarización de sus fronteras. Ayer, durante los primeros 20 minutos de su ... primer discurso sobre el estado de la Unión, el Congreso en pleno se levantó en aplausos para secundar «la inquebrantable determinación de que la libertad siempre triunfará sobre la tiranía», les dijo.
Nadie podía objetar a la celebración de «la valentía y el coraje» del presidente Zelenski, convertido en héroe por su resistencia a la embestida rusa y su habilidad para combatir la propaganda con selfies en las redes sociales. Los banderas ucranianas salpicaban por igual las solapas de hombres y mujeres congresistas a izquierda y derecha. La primera dama, Jill Biden, no dudó en tirarse a los brazos de la embajadora ucraniana en Washington tan pronto la vio, invitada a su palco.
En ese fallo de cálculo de Putin entraron ovaciones unánimes del pleno del Congreso como no se recordaban, porque el anuncio de que EEUU cerrará su espacio aéreo a los aviones comerciales rusos, perseguirá las fortunas de los oligarcas rusos para arrebatarles sus yates y apartamentos de lujo, y que se unirá a los aliados al liberar 60 millones de barriles de sus reservas no podía desatar objeciones. Ni aunque viniera unido al aviso de que el país pagará en las gasolineras el precio de esa factura, porque incluso eso finalizaba con un «quiero que sepáis que todo acabará bien», prometió. Y dejó un recado al mandatario ruso: «No tiene ni idea de lo que viene».
La unidad de los aliados es el gran logro que se apunta el mandatario, al que la oposición acusó en el discurso previsto para la respuesta de haber «reaccionando en vez de liderado». Con todo, resquebrajó de un puñetazo esa unidad al defender los efectos del plan de rescate americano que impulsó al principio de su presidencia y que «a diferencia de los 2 millones de dólares en descuentos fiscales que aprobó la administración anterior para beneficiar al 1% de los estadounidenses, este plan para los trabajadores «no dejó a nadie atrás», comparó.
Podía presumir de que bajo su tutela se han creado en un año «más empleos que en ningún otro momento de la historia» (6,5 millones), la economía ha crecido al ritmo del 5,7 por ciento el año pasado. Pero de ahí a que el Congreso le apoye en resucitar su plan para reconstruir mejor el país, con proyectos como la construcción de 500 vehículos eléctricos había mucho más que un océano de por medio. Por eso no esperará la partida presupuestaria que apruebe el congreso de forma extraordinaria, sino que empezará este mismo año a arreglar 65.000 millas de autopista y 1.500 puentes. «Realmente vamos a despegar», prometió, si el Congreso da luz verde a sus planes.
Biden mencionó a Putin o Rusia 30 veces, pero sólo tres a Xi Jinping o China, y apenas una o ninguna a la desastrosa retirada de Afganistán, sobre la que mejor cubrir un tupido velo. Prueba de que la solidaridad con Ucrania no contagia a otras arias de desencuentros es que la congresista de Colorado, Lauren Boebert, le interrumpió a grito pelado justo cuando iba a mencionar a su hijo fallecido de cáncer después de haber vuelto de Irak. Ciertas cosas no las cambia ni Putin.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.