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Primero, la condena más o menos contundente de lo ocurrido por parte de todos los líderes políticos del país. Cada uno a su forma, eso sí, pero condena al fin y al cabo. A partir de aquí, el fuego cruzado a través de las redes ... sociales, lo que evidencia que muchos políticos españoles siguen muy de cerca lo que sucede en Estados Unidos pero quizá no llegan a entender el porqué está sucediendo, el riesgo de usar las redes sociales como arma arrojadiza. Y es que el histórico asalto al Capitolio azuzado por Donald Trump fue usado como arma arrojadiza por parte de los partidos para tirarse los trastos a la cabeza por los apoyos de Vox, las formas de Podemos y el independentismo catalán.
Hubo un reparto de roles. En un primer momento, los principales líderes adoptaron un perfil institucional y se limitaron a condenar con vehemencia lo ocurrido. «Confío en la fortaleza de la democracia de EE UU», subrayó Pedro Sánchez. «El asalto al Capitolio es inaceptable. La democracia se basa en la representación parlamentaria que no puede ser coaccionada», subrayó Pablo Casado. «Cuánto daño hace y qué peligroso es el populismo», lamentó Inés Arrimadas. «Resulta impropio de una democracia avanzada asistir a una situación de violencia y coacción como la que se está viviendo en Washington», recalcó Iñigo Urkullu.
Pablo Iglesias, por su parte, sí incluyo varios dardos sobre la ultraderecha y el fascismo con un claro destinatario: Vox. Por cierto, que los de Santiago Abascal, sabedores de que iban a ser señalados, no se quedaron ni mucho menos de perfil y acusaron a la «izquierda proge» de lo ocurrido recordando, además, las formas empleadas por los morados en citas españolas previas o el «asalto» al Parlamento catalán.
Eso sí, avanzando el día, Casado aprovechó su enésima visita a Cataluña para arremeter contra el «populismo» y el «extremismo» que a su juicio practican formaciones como Vox y Unidas Podemos porque, según ha dicho, unos intentan «justificar» el asalto al Capitolio en Estados Unidos y «otros que se rodee el Congreso de los Diputados en 2010, el Parlament en 2010 y 2017, y el Parlamento andaluz en 2019. A su entender, las formaciones que amparan ese tipo de actuaciones «no tendrán ninguna credibilidad». «Nosotros somos el partido que está en la moderación y en la centralidad. Los extremismos tanto a la izquierda como a la derecha se retroalimentan y polarizan la política para intentar sacar réditos en un descontento social a base de populismo», remarcó.
Los partidos usaron a sus segundos, terceros y cuartos espadas para el 'barro' de las redes sociales. El diputado socialista Odón Elorza, por ejemplo, advirtió de que en España, «el 'trumpismo' tiene sus representantes que amenazan la democracia», y aprovechó para señalar a Pablo Casado. «Para él, el responsable de lo q está sucediendo en USA es... el Espíritu Santo. Bueno eso hoy. Mañana echará la culpa a Pedro Sánchez», ironizó.
En Unidas Podemos, más de lo mismo. El rol de 'poli malo' volvió a ejercerlo el jefe del grupo en el Congreso, Pablo Echenique, criticando a Casado y refiriéndose a Cataluña. «Lo de Trump es mucho más sedición que lo que juzgó el Supremo aquí en casa».
En Ciudadanos, el encargado de mostrar el perfil más duro fue el candidato a las elecciones catalanas, Carlos Carrizosa. «Cuando se alientan las bajas pasiones populistas las consecuencias pueden ser devastadoras», criticó.
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