Comienza la marcha triunfal de Trump

Hace cuatro años, la investidura de Joe Biden se produjo en un ambiente tenso y sombrío, marcado por el asalto al Capitolio de los patriotas de Trump. Como el mal perdedor que es, el entonces mandatario se negó a facilitar la transición y no extendió a su sucesor las cortesías protocolarias que manda la tradición. Ni siquiera acudió a su toma de posesión. Dudó tanto en cederle el poder que sus colaboradores tuvieron que embalar sus pertenencias a última hora, lo que bien pudo propiciar la aparición de documentos clasificados entre las cajas almacenadas en su residencia de Mar-a-Lago. Incluso cuando los reclamó el FBI, Trump se negó a devolverlos, lo que desató un proceso legal que pudo haberle costado la cárcel de no haber ganado las pasadas elecciones.

Su apuesta fue arriesgada, pero le salió bien. Por eso, los actos de este fin de semana festejan una victoria electoral y también una redención. No es habitual que el nuevo mandatario celebre un mitin antes de jurar el cargo, pero eso es precisamente lo que hará Trump el domingo en su Mitin de la Victoria. Será una gran celebración para sus seguidores, en particular para quienes el 6 de enero de 2021 se enfrentaron a las fuerzas del orden y a la justicia para evitar su marcha. Entre las promesas de su primer día en el cargo, Trump destaca el perdón colectivo para el millar de imputados por aquella rebelión, que obligó a los congresistas a huir escoltados y le costó la vida a cuatro personas.

Bailarán en el Capitol One Arena de Washington DC al ritmo de Village People, cuyo 'YMCA' ha pasado de ser un himno del movimiento gay a empoderar a los 'Macho Man' desde que el magnate lo bailó públicamente en un acto en el que se aburrió de contestar preguntas. «Sabemos que esto no hará feliz a algunos, pero creemos que la música debe tocarse sin importar la política», dijo la banda en su página de Facebook. «Nuestra canción YMCA es un himno global que puede unir al país después de una campaña tumultuosa y dividida en la que nuestro candidato preferido ha perdido», añadió.

La segunda venida de Trump es también un momento de resignación para una parte del país que nunca aceptó a un candidato tan poco convencional. Esto se verá más claramente el sábado, cuando la repetición de las protestas de 2017 contra la investidura del magnate se reduzca de medio millón a 50.000 participantes, según estiman los organizadores de People's March (La Marcha del Pueblo). Hace ocho años, la sorpresiva derrota de Hillary Clinton movilizó una marea de gorritos rosas en las grandes ciudades.

Con todo, cientos de autobuses de todo el país han emprendido ya el camino hacia Washington para manifestarse horas antes de la llegada de Trump. Esas protestas se repetirán en urbes como Nueva York, Filadelfia, Chicago, San Antonio, Seattle y Denver. La resistencia a Trump necesita este calentamiento de motores para seguir defendiendo los derechos civiles que su Gobierno amenaza, desde el aborto hasta las protecciones raciales y de género.

Las calles aún estarán salpicados de gorritos rosas cuando el avión del presidente electo aterrice en la base de Andrews. No los verá, ya que su comitiva se dirigirá a su campo de golf Trump National Sterling en Virginia, donde una traca de fuegos artificiales celebrará su llegada. Será una fiesta privada para unos 500 donantes y amigos, la mayoría multimillonarios, que han hecho posible su victoria y esta lista de festejos. En el club, a una hora de la capital, la fiesta se repartirá en tres plantas con pantallas celebrando al magnate y un carnaval de actuaciones, incluyendo imitadores de Elvis y óperas a cargo de su tenor favorito, Christopher Macchio.

No será el primer lugar de encuentro de los multimillonarios seguidores de Trump este fin de semana. El líder británico del Partido Reformista, Nigel Farage, ha prometido lanzar mañana la mayor fiesta de investidura en el prestigioso hotel Hay Adams de la capital. Si bien no contará con el magnate, estarán presentes sus hijos, Donald Trump Jr. y Barron Trump, además de Elon Musk. «Vamos a hacer grandes cosas juntos» prometió.

Le ayudarán en esta tarea, a golpe de talonario, figuras como el consejero delegado de Uber, Dara Khosrowshahi, quien, como muchos otros grandes de Silicon Valley, ha donado un millón de dólares al comité de investidura de Trump, que el viernes pasado había recaudado 170 millones de dólares para estos cortejos. Por un millón obtienen seis entradas cada uno para seis actos diferentes, incluyendo la ceremonia de investidura del lunes en las escalinatas del Capitolio y la cena de gala del domingo. Es de esperar que grandes nombres como el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y el de Amazon, Jeff Bezos, puedan añadir algunos invitados más, dada su reciente conversión al movimiento de Make America Great Again, que este fin de semana toma Washington de forma triunfal y marca el comienzo de una nueva era.