«¡Buque de guerra ruso, vete a la mierda!»

Todas las guerras tienen sus héroes y la invasión de Ucrania empieza a ponerles nombre. Los medios del país y el propio Gobierno han elevado ya a esa categoría al pequeño destacamento de 13 soldados que ayer defendieron «hasta la muerte» un pequeño islote deshabitado en el Mar Negro conocido como isla Serpiente, a unos 50 kilómetros de la frontera con Rumanía.

La última comunicación por radio del jefe de la pequeña unidad revela su enfrentamiento dialéctico con el comandante de un buque ruso implicado en el ataque a Ucrania en el flanco sur. Varios medios ucranianos confirman que el oficial ruso invitó a los soldados que defendían el islote a que se rindieran. «Este es un buque de guerra. Repito, este es un buque de guerra militar ruso. Le sugiero que depongan sus armas y se rindan para evitar derramamiento de sangre y bajas innecesarias. De lo contrario, serán bombardeados».

El tajante ultimátum de los rusos tuvo, según las autoridades ucranianas, una valiente respuesta por el oficial al mando. «Buque de guerra ruso, vete a la mierda». Y después el silencio. La emisora de los soldados ucranianos no volvió a activarse y los trece soldados fallecieron instantes después tras el bombardeo del acorazado. El Gobierno del presidente Zelensky ha prometido condecorar a los guardacostas caídos por su arrojo.

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