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Oficiales de policía del Capitolio de Estados Unidos apuntan con sus armas al interior de una puerta que fue vandalizada. AFP

Biden: «Esto no es una protesta, es una insurrección y el mundo nos observa»

El presidente electo condena con firmeza el «ataque sin precedentes» a la democracia e insta a Trump a «dar la cara» para detener el asedio

Jueves, 7 de enero 2021, 01:16

El vandalismo y el caos que se apoderaron anoche del Capitolio, uno de los mayores símbolos de la democracia estadounidense, recibió una dura y enérgica condena por parte del presidente electo, Joe Biden. «Esto que está ocurriendo no es una protesta. Es una insurrección», ... denunció el líder demócrata mientras instaba a «dar la cara» en televisión al inquilino de la Casa Blanca para poner fin a unos disturbios que causaban una profunda conmoción en el país y en todo el mundo. «Las palabras de un presidente importan. No importa lo bueno o lo malo que sea el presidente», sostuvo.

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«En este momento nuestra democracia está sufriendo un ataque sin precedentes, como ninguno que hayamos visto en los tiempos modernos», aseguró Biden, que el próximo 20 de enero aspira a convertirse en el 46 presidente de la historia de Estados Unidos. Sus palabras tuvieron lugar poco antes de que el propio Trump se dirigiera a los manifestantes para pedirles que se fuesen a sus casas, como le había instado el dirigente demócrata. Pero, aun así, el mandatario saliente volvía a denunciar el supuesto «robo» electoral.

Biden compareció ante la nación con un marcado tono institucional y con toda la parafernalia correspondiente al presidente electo para intentar restaurar el orden y dar una respuesta oficial a la altura de los acontecimientos frente a la tibieza de Trump, que se limitaba a exhortar a los manifestantes a ser «pacíficos». «Pido al presidente Trump que salga ahora mismo en la televisión nacional y cumpla con su juramento y defienda la Constitución y exija el fin de este asedio. El mundo está observando», advirtió en su discurso.

«¡Basta!», exigió el exvicepresidente de Obama al tiempo que reprochaba a los asaltantes este «ataque al Estado de derecho» perpetrado en Washington, «bastión de la libertad». Aun así, aseguró que los actos vandálicos protagonizados por la «turba» de seguidores de Trump no son un reflejo del pueblo estadounidense. «No representan lo que somos. Lo que estamos viendo es un pequeño número de extremistas dedicado a saltarse la ley. No es disidencia, es desorden. Roza la sedición y debe terminar», zanjó.

Paralelamente, los principales líderes demócratas en el Congreso de EE UU, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, reclamaron al presidente saliente, que exigiera a sus seguidores que se marcharan «inmediatamente» del Congreso. «Pedimos a Trump que solicite a todos los manifestantes que dejen ya el Capitolio y los terrenos del Capitolio», señalaron en un comunicado conjunto la presidenta de la Cámara de Representantes y el líder demócrata en el Senado.

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«Esto es anarquía. Es un intento de golpe. Y está ocurriendo en Estados Unidos a causa de legisladores ilícitos», lamentaba el congresista Seth Moulton. «El presidente está incitando al terrorismo doméstico», denunció, por su parte, el representante del Congreso Mark Pocan.

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