Vista del exterior de las instalaciones de ADX, en Florence (Colorado). Jason Connolly / AFP

Aislamiento total y encadenados. Así es la prisión donde podría acabar 'El Chapo' Guzmán

Amnistía Internacional ha denunciado las condiciones en las que viven los reclusos de ADX, conocida también como 'La Alcatraz de las rocosas'

Jueves, 18 de julio 2019, 11:36

Una noche de junio de 1968, tres presos lograron escapar de Alcatraz, considerada hasta entonces como infranqueable. La prisión Administrative Maximun Facility (ADX), en Florence (Colorado), en la que podría pasar el resto de sus días 'El Chapo' Guzmán tras la condena a cadena perpetua dictada este miércoles, ... es conocida como la 'Alcatraz de las Rocosas'. Lo que la diferencia de la cárcel que inspiró su sobrenombre, es nadie ha conseguido nunca escapar de ADX.

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Esta prisión, que abrió sus puertas en 1994, se sitúa unos 144 kilómetros al sur de la ciudad estadounidense de Denver. Alberga a 405 de los presos más peligrosos del país y a otros que representan una amenaza para la seguridad nacional. Entre los reclusos que pasaron un tiempo en ADX está Timothy McVeigh, ejecutado en 2001 por el atentado contra el edificio federal en Oklahoma, en 1995, que mató a 168 personas e hirió a otras 600.

En sus celdas de cemento y a prueba de sonido, para evitar la comunicación con otros presos, cumplen condena hoy en día Mahmud Abouhalima y Zacarías Moussaoui, por el atentado del 11-S. También el asesino en serie y médico, Michael Swango, y el responsable de las bombas caseras que mataron a tres personas e hirieron a un centenar en el maratón de Boston de 2013.

23 horas aislados

Los reclusos pasan 23 horas a solas, con contacto mínimo con el personal de la prisión, en un habitáculo con una pequeña ventana de un metro de alto que solo permite ver el cielo o una pared de cemento. Comen en su celda, de 2,1 por 3,6 metros, que también cuenta con una ducha y un retrete. No pueden recibir visitas y las consultas médicas se llevan a cabo a través de videollamadas.Solo salen de su celda a un pequeño patio, donde pasan periodos cortos de tiempo, siempre con escolta y encadenados de pies y manos.

Unas instalaciones pensadas para desafiar a un reo tan escurridizo como Guzmán, que ya ha protagonizado dos huidas de película de cárceles mexicanas. La primera fue en 2001, cuando escapó en el carro de la ropa sucia para la lavandería comprando a varios funcionarios de la prisión de Jalisco. En la segunda, en 2015, huyó a través de un túnel de kilómetro y medio, al más puro estilo de 'La gran evasión'.

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Organizaciones de los derechos humanos como Amnistía Internacional han denunciado las condiciones en las que viven los presos. Consideran que ADX «viola las leyes internacionales» y que se ha convertido en un espacio de «confinamiento». Un grupo de presos también presentó una demanda colectiva en 2012, alertando de que «años de aislamiento, sin contacto directo y con restricciones con otros seres humanos» han llevado a algunos reclusos a perder la cabeza. De hecho, desde que ADX abriera en 1994, seis presos se han suicidado en sus instalaciones.

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