Dos excampeones mundiales y varias jóvenes promesas del patinaje artístico, entre los pasajeros

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La pareja, dentro y fuera de la pista, de origen ruso es una leyenda del patinaje artístico sobre hielo, una disciplina donde tocó techo en 1994 –al ganar el torneo mundial– y se reiventó tras su retirada. Desde 2017 trabajaban como entrenadores en el Skating Club de Boston. «Eran personas talentosas y hermosas», recordaba este jueves Ludmila Velikova desde San Petersburgo, donde formó a ambos patinadores cuando eran unos críos. El matrimonio celebraba hacía escasos días que su hijo, Maxim, de 23 años, había logrado un cuarto puesto en la prueba libre masculina en el campeonato de Wichita. Él no iba en el avión siniestrado.

El Skating Club de Boston perdió a otras cuatro personas en la tragedia aérea:Jinna Han y Spencer Lane, que viajaban con sus respectivas madres. Los dos, adolescentes, habían participado en el campamento donde se forjaba el «futuro del deporte», subrayó el director ejecutivo del equipo, Doug Zeghibe. La chica era «maravillosa», mientras que su compañero –que publicó en redes una fotografía del ala del avión antes de despegar– destacaba por ser «muy divertido, muy cerebral, un gran pensador», describió.

Con ellos volaba también Inna Volianskaya, nacida en Rusia y afincada en EE UU, donde entrenaba a jóvenes patinadores en el Washington Figure Skating Club. Llegó a competir con la Unión Soviética en la categoría de parejas en los años ochenta. En su actual trabajo se mostraron «devastados» al conocer su destino.