Diario del coronavirus en el mundo: la última hora de los corresponsales de EL CORREO

Francia, con más de 3.500 fallecidos en hospitales, ha superado ya la cifra oficial de muertos de China. La epidemia se acelera y crece rápidamente también el número de enfermos graves -5.585, 485 más en las últimas 24 horas-, algo que preocupa especialmente a las autoridades porque hay muchos hospitales ya saturados, especialmente en Grand Est y en la región de París, donde sus responsables sanitarios aseguran que están al límite de sus capacidades de hospitalización.

La epidemia y el confinamiento ha paralizado gran parte de los transportes franceses. Este martes por la noche cerró el aeropuerto parisino de Orly, y solo circulan diariamente 42 trenes de alta velocidad de los 700 que lo hacen en un día normal. A pesar de ello, este miércoles el ministro del Interior ha tenido que recordar, ahora que se avecinan las vacaciones de Pascua, que el confinamiento prohíbe los viajes. Desde el inicio del confinamiento se han realizado 5,8 millones de controles y se han impuesto 359.000 multas.

Algún día el Gobierno británico tendrá que explicar por qué tiene que recurrir al Ejército para distribuir 7,5 millones de piezas de protección en los hospitales, ambulatorios o residencias de ancianos. Por qué tiene que recurrir al Ejército para organizar la distribución de alimentos y de medicinas entre el millón y medio de personas más vulnerables al Covid-19, a las que ha pedido que se aíslen.

Las quejas de médicos y enfermeros son continuas desde hace días. Casi 12.000 que se habían retirado del Servicio Público de Salud se han alistado para ayudar en la crisis. Casi 25.000 estudiantes de último año de Medicina y de Enfermería han sido reclutados. El Gobierno alienta a la población a unirse a un 'ejército' de 250.000 voluntarios para ayudar en las próximas semanas. Sin garantía aún de que tendrán suficiente equipamiento de protección.

El Gobierno británico tendrá que explicar un día en el Parlamento sus decisiones más controvertidas, pero esta tarde el Palacio de Westminster, que aloja a las cámaras de los Comunes y de los Lores, cerrará sus puertas hasta después de Semana Santa. Lo hará tras aprobar la Ley del Coronavirus, una larga lista de regulaciones de emergencia para hacer posible el reclutamiento del personal adicional en la sanidad pública o que los voluntarios puedan coger una baja no pagada sin perder el empleo.

La pandemia del coronavirus continúa su fatídica propagación también en Bélgica. El Centro Nacional de Crisis y el Servicio Federal de Salud Pública han informado este miércoles del fallecimiento de 123 personas más en las últimas veinticuatro horas (56 en Flandes, 24 en Bruselas y 43 en Valonia). Un dato que eleva 828 la cifra de decesos en un país que roza ya los 14.000 contagios (13.964 tras sumar 1.189 respecto al martes).

La tendencia de expansión de los últimos días indica una disminución en la intensidad de los contagios. Así lo ha planteado en portavoz Emmanuel André (el Fernando Simón belga) durante su comparecencia ante los medios de comunicación. «La fuerza de la epidemia está disminuyendo gradualmente», ha asegurado. Aunque ha vuelto a hacer un llamamiento a la cautela y a la responsabilidad de los ciudadanos. «Todavía es demasiado pronto para hacer predicciones y saber cuándo tendrá lugar este pico o este estancamiento. Además, el número de personas hospitalizadas continúa siendo muy alto así que las medidas de prevención deben respetarse absolutamente».

El gabinete de crisis ha informado de 560 nuevos ingresos, lo que eleva el número total de personas hospitalizadas a 4.995. De ellas, 1.088 pacientes están siendo tratados en cuidados intensivos (67 respecto a la víspera) y 834 personas necesitarían ventilación. Hoy, el 54% de las camas de la UCI están ocupadas en este país. «El número de personas hospitalizadas aumentará, también en cuidados intensivos. Nos acercaremos, por definición, al umbral de saturación», ha advertido André.

El guarismo más positivo se refiere, como cada día, a los recuperados. Y este miércoles se ha logrado una cifra récord: 436 personas abandonaron el hospital el martes, lo que supone que más de dos mil personas han podido abandonar el hospital.

Este martes se supo que Denís Protsenko, director del principal centro sanitario ruso de lucha contra el coronavirus, el hospital de la periferia moscovita de Kommunarka, ha dado positivo en el test de COVID-19. Este médico se reunió el pasado 24 de marzo con el presidente Vladímir Putin, que acudió al sanatorio de Kommunarka y se puso un llamativo traje de protección y una escafandra para visitar a un paciente que al final resultó estar sano, pese a las sospechas iniciales de que podría haber contraído la enfermedad.

Pero, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por la emisora Eco de Moscú, pese a que las prescripciones obligan a observar una cuarentena de 14 días a todos aquellos que tuvieron contacto con un infectado, el máximo dirigente ruso no lo hará. Peskov sostiene que Putin planea celebrar este miércoles una reunión directamente con miembros del Gobierno sobre cuestiones agrícolas, aparentemente no por vídeo conferencia, y el encuentro será mostrado por los canales de televisión.

Lo cierto es que en las redes sociales y entre algunos medios de comunicación rusos se ha desatado una discusión en torno a si Protsenko ha contagiado al presidente ruso o si ha sido éste y su séquito quienes le transmitieron al médico la enfermedad. Junto con Putin, a Kommunarka acudieron Peskov, su portavoz, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, la viceprimera ministra, Tatiana Gólikova, el ministro de Sanidad, Mijaíl Murashko, y la jefa del Rospotrebnadzor, Anna Popova.

El único que en las fotografías e imágenes de vídeo aparece con mascarilla es Peskov. Y es que el portavoz presidencial acudió el mes pasado a una fiesta de cumpleaños que resultó ser un auténtico foco infeccioso porque varios de los invitados, entre ellos el cantante Lev Léshenko, dieron positivo en el test de coronavirus y tuvieron que ser internados en Kommunarka.

Mientras se dilucida quién contagió a quién, cada vez son más las regiones de Rusia que declaran el total confinamiento de sus habitantes para detener la pandemia. Las cifras dadas a conocer este miércoles arrojan un total de 440 nuevos casos de coronavirus en toda Rusia, en las últimas 24 horas, lo que eleva el número total de infectados en todo el país a 2.777.

Pero la tendencia parece que muestra cierta mejoría ya que ayer se registraron 500 nuevos contagiados y hoy 60 menos. Por otro lado, se han producido siete nuevos fallecimientos, situando el total en 24. En Moscú ha habido 267 casos más y ahora mismo hay 1.880 infectados y 16 muertos.

El director médico de Kommunarka ha dicho a través de Facebook que, pese al diagnóstico positivo de COVID-19, «me siento bien. Me he aislado en mi despacho -dentro del hospital- que reúne todas las condiciones para trabajar a distancia, seguir dirigiendo el centro y realizar consultas médicas de forma telemática». A su juicio, las defensas inmunológicas en su organismo adquiridas en Kommunarka durante el último mes «deberán hacer su trabajo».