Daria Dúguina, antes de morir en el atentado de Moscú: «Soy la guardaespaldas de mi padre»

Desde que giró la llave de contacto, a Daria le quedaron diez minutos de vida. Su Toyota Land Cruiser Prado reventó mientras circulaba veloz por la carretera de Mozhaisk. La explosión fue tremenda. El vehículo saltó en el aire envuelto en llamas. Se estrelló contra una cerca. Daria salió despedida hacia el asfalto por efecto de la onda expansiva. Murió en el acto. En el cercano pueblo de Bolshie Vyazemy temblaron los cristales de numerosas casas.

Las primeras patrullas de la Policía que llegaron al lugar pensaron de inmediato en que había reventado uno de los cilindros de gas del automóvil. Un accidente. Sin embargo, las características de la explosión y los restos recogidos mostraron que la detonación la produjo una bomba casera cargada con 400 gramos de TNT y adosada debajo del asiento del conductor. La investigación apuntaba esta mañana a que el artefacto fue detonado por control remoto. «Presuntamente, el automóvil fue monitoreado y su movimiento controlado», han apuntado fuentes antiterroristas a la agencia Tass.

La confirmación de este extremo podría complicar la investigación y prolongarla en el tiempo. A los investigadores se les abren ahora varias opciones. La primera: si la bomba fue activada mediante una llamada telefónica, su autor directo podría encontrarse a kilómetros de distancia, incluso en el centro de Moscú, y habría contado con la ayuda de uno o varios colaboradores para colocar el explosivo en el coche mientras estaba aparcado en la sede del festival. En caso de que los terroristas hubieran detonado el artefacto a la vista después de seguir el vehículo, una opción que está en estudio, a los investigadores les surge la duda sobre quién era su destinatario. Hasta ahora, todo indica que el objetivo del atentado era Alexánder Duguin y que la muerte de su hija fue consecuencia de una fatal causalidad. Sin embargo, si los criminales se hallaban en el lugar, habrían visto que sólo Daria montó en el todoterreno.

Expertos rusos afirman que la operación estuvo planificada a la perfección. Los terroristas aprovecharon las horas que el todoterreno estuvo en el aparcamiento para colocar la bomba. No había cámaras en el recinto, La plaza pertenecía a las parcelas reservadas a invitados de honor, pero había sido asignada a Dauguin de modo aleatorio. Los únicos policías se hallaban a decenas de metros regulando el tráfico. Nadie hizo ninguna inspección de seguridad. Fuentes antiterroristas afirman que los terroristas tuvieron tiempo más que suficiente para poner el artefacto.

Alexánder Duguin y sus amigos se detuvieron en la carretera justo después de la explosión. Vieron cómo el coche ardía por los cuatro costados. El líder nacionalista se echó las manos a la cabeza. Más tarde tuvo que ser ingresado en un hospital. Varios medios se han hecho eco esta mañana de una reflexión suya publicada justo el 20 de agosto de 2021 en las redes: «Lo que no me mata a mí, mata a otro…».

Duguin, llamado por algunos el 'Rasputín' del Kremlin pese a que rara vez ha visitado la sede gubernamental, es un ultranacionalista defensor de la teoría expansionista de Rusia y su conversión en una superpotencia fusionándose con las exrepúblicas soviéticas. Se le considera el inspirador de las ideas de Putin y de la invasión de Ucrania. Sancionado por Estados Unidos, Canadá y Reino Unido por su ideario «racista», el filósofo reconoció hace días haber recibido amenazas de muerte por su proyecto restaurativo de la URSS.

El Centro para el Cumplimiento de la Ley de Moscú ha calificado hoy el asesinato de la joven politóloga de 29 años como una «emergencia nacional» y crecen las voces que apuntan a la «pista ucraniana» detrás del atentado, aunque el Gobierno de Kiev lo ha negado. Esta mañana, algunos medios rusos especulaban también con la presunta implicación de los servicios de Inteligencia occidentales.

Sin embargo, en este punto entra en juego el Ejército Nacional Republicano, una organización desconocida hasta ahora que se autodenomina como un grupo de «partisanos» dedicados a «derrocar a Putin» y que esta mañana han reivindicado la autoría del atentado. Los analistas dudan todavía sobre si otorgarle credibilidad o considerarlo directamente un 'fake'.

Ilya Ponomarev, un exmiembro de la Duma de Rusia que vive exiliado en Kiev, es el principal impulsor de esta versión. Según él, este ataque «abre una nueva página en la resistencia rusa al putinismo». El exparlamentario de izquierdas, el único que en 2014 votó en contra de la anexión de Crimea, anunció que esta organización está «preparada para realizar más ataques dentro de Rusia», posiblemente contra oligarcas, funcionarios de alto nivel y personal de las agencias de seguridad». De hecho, un comentarista militar bien conocido en el país ha denunciado haber recibido amenazas de muerte en un mensaje donde le indican que «correrá la misma suerte» que la hija de Duguin. De un modo a otro, varios analistas coinciden en que el mortal atentado ha trasladado la guerra al propio interior de Rusia.