La Policía detiene a una simpatizante de Yoon Suk-yeol en las protestas de Seúl. EFE

Tensión en Corea del Sur ante la detención del presidente destituido por la ley marcial

Miles de partidarios de Yoon Suk-yeol se concentran ante su residencia, donde se ha atrincherado con sus guardaespaldas tras negarse a testificar y hay riesgo de enfrentamiento con la Policía

Jueves, 2 de enero 2025, 20:01

El año 2024 terminó de forma traumática en Corea del Sur, con una tragedia aérea y una orden de arresto contra su expresidente, y 2025 no ha podido empezar con más tensión. Tras obtener el martes una orden judicial contra Yoon Suk-yeol por declarar ... la ley marcial el pasado 3 de diciembre, la Oficina para la Investigación de la Corrupción de Altos Cargos pretendía detenerlo este jueves. Pero sus agentes se vieron obligados a desistir porque el mandatario se ha atrincherado en su residencia oficial y varios miles de sus partidarios se han concentrado alrededor para impedir que sea apresado, según informa la agencia surcoreana de noticias Yonhap.

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Ante el temor a que se produjeran enfrentamientos, como se vio en el desalojo por la fuerza de una treintena de sus seguidores, los investigadores optaron por retirarse para buscar un momento mejor. Como tienen de plazo hasta el 6 de enero, podrían volver a intentarlo de noche o durante el fin de semana, cuando haya menos partidarios del expresidente.

A pesar de su destitución por el Parlamento el 14 de diciembre, cuando varios diputados de su propio partido apoyaron la moción de censura, Yoon Suk-yeol se ha enrocado y está plantando batalla. Para empezar, ha ignorado las tres citaciones para testificar enviadas por la Oficina Anticorrupción y amenaza con «luchar hasta el final». Además, su equipo legal tilda de «ilegal e inválida» la orden de arresto emitida por el Tribunal del Distrito Oeste de Seúl y ha presentado un recurso de amparo solicitando su suspensión. Para ello, esgrime que dicho organismo no tiene jurisdicción para investigar a Yoon por insurrección y abuso de poder, ya que goza de inmunidad presidencial.

Protegido por la Policía

Pero los problemas no acaban ahí, en una mera cuestión legal. En caso de que la Policía antidisturbios se abra paso entre la multitud para que los investigadores entren en la residencia presidencial, está por ver la reacción de su servicio de seguridad. Yoon está protegido por dos unidades policiales y el mayor temor es que estalle un enfrentamiento con los antidisturbios, lo que daría lugar a una situación muy peligrosa y complicada. De hecho, uno de sus abogados advirtió el jueves de que, si los agentes intentan apresarlo, pueden verse detenidos por el Servicio de Seguridad Presidencial.

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«El país está en peligro por culpa de fuerzas internas y externas que violan su soberanía y por las actividades de grupos contra el Estado»

Yoon Suk-yeol

Presidente destituido de Corea del Sur

«El país está en peligro por culpa de fuerzas internas y externas que violan su soberanía y por las actividades de grupos contra el Estado», azuzó los ánimos Yoon Suk-yeol, quien se ha convertido en el primer presidente en el cargo en enfrentarse a una orden de detención.

Para que la tensión no derive en un choque violento, el jefe de la Oficina Anticorrupción, Oh Dong-woon, ha pedido colaboración al Servicio de Seguridad Presidencial, que días atrás ya impidió a sus investigadores que registraran las dependencias de Yoon Suk-yeol. En caso de que se resistan a su arresto, los guardaespaldas del expresidente podrían ser acusado de obstrucción a la Justicia.

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Pase lo que pase, Corea del Sur se despeña por el precipicio de una crisis política que, lejos de cerrarse con la destitución de Yoon y su sucesor, el presidente interino Han Duck-soo, se está agravando cada día que pasa. Tal y como ha trascendido de la declaración del detenido ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, el expresidente incluso ordenó detener a las principales figuras de la oposición, y hasta de su propio partido, y desalojar a la fuerza a los diputados del Parlamento para que no votaran en contra de su ley marcial. «¿Todavía no habéis entrado? ¿Por qué estáis tardando tanto? ¡Romped las puertas y sacadlos! ¡Disparad contra las puertas y sacadlos!», gritó enfadado aquella fatídica noche, en la que quiso devolver a Corea del Sur a los oscuros tiempos de la dictadura.

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