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T. N.
Martes, 28 de enero 2025, 22:09
El presidente sucoreano Yoon Suk-yeol se pronunció este martes por primera vez por su polémica declaración de la ley marcial, que derivó en su destitución y su posterior arresto. La medida, sostiene, no buscaba ninguna «rebelión». «¿Cómo iba a derivar esto en una guerra ... civil?», se cuestiona mientras permanece bajo custodia en un centro de detención de Seúl, apenas unos días después de ser imputado por la Fiscalía como «líder de una insurrección».
El equipo legal del mandatario, que había llegado en 2022 al poder, defiende que Yoon impuso a principios de diciembre la ley marcial -que duró sólo unas horas- al considerar que el país «se encontraba sumido en una grave crisis» debido a la situación de la Asamble Nacional, dominada por la oposición. Hasta allí decidió incluso enviar al ejército. Su objetivo era «informar al pueblo de la crisis y apelar a ellos». «¿Acaso alguien perdió la vida o hubo algún derramamiento de sangre?», plantea el mandatario, arrestado a medios de mes tras varios intentos fallidos, sin mostrar signos de arrepentimiento.
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