Un vídeo revela posibles «injerencias» de Bolsonaro en la Policía Federal brasileña

Entre palabrotas e insultos, el mandatario insinúa su intención de llevar a cabo un cambio en la jefatura de la Policía Federal para que «dejen de molestar» a su familia. «Ya intenté cambiar gente de la seguridad en Río de Janeiro oficialmente y no conseguí. Y eso se acabó. No voy esperar a que jodan a toda mi familia o amigos porque no puedo cambiar a alguien de la seguridad», dice exaltado en la grabación. «Va a cambiar. Si no los puedo cambiar, cambio a sus jefes. ¿No puedo cambiar al jefe? Cambio al ministro», añade dirigiéndose al ministro de Justicia, Sergio Moro, que renunció a su cargo dos días después de aquella reunión.

Tras su dimisión, Moro acusó a Bolsonaro de «presiones» e «injerencias» sobre la Policía Federal, lo que llevó a la Fiscalía a iniciar una investigación. El exministro de Justicia insinuó que el presidente quería cambiar a la dirección de la Policía Federal y a sus responsables en Río de Janeiro porque estaban investigando a dos de sus hijos, pero en el vídeo no aparece una mención directa al asunto. La cinta, publicada el viernes por orden del juez del Tribunal Supremo Federal Celso Mello, es una de las pruebas de la investigación contra el dirigente brasileño.

Bolsonaro deja otras muchas perlas en la cinta que desgastan su ya maltrecha imagen de gestión, en un país que supera los 330.000 casos de coronavirus y roza el segundo puesto en contagios a nivel mundial. «Tengo el poder e interferiré en todos los ministerios, sin excepciones. En la banca, hablo con Paulo Guedes (ministro de Economía) por si tuviera que interferir. No tengo ningún problema con él, cero problemas. Con los demás también lo haré, no me pueden sorprender las noticias», dice.

También lanza insultos contra sus adversarios políticos. A los gobernadores de Sao Paulo, Joao Doria, y Río de Janeiro, Wilson Witzel, se refiere en el vídeo como «esas mierdas». El ministro de Educación, Abraham Weintraub, entra en el juego y ataca a los magistrados del Tribunal Supremo (STF). «Por mí, ponía a todos los vagabundos en la cárcel, empezando por el STF», afirma.

Otra de las intervenciones estrella de Bolsonaro tiene lugar en los primeros minutos del encuentro, cuando defiende el derecho de la ciudadanía a tener armas. «Quiero que el pueblo se arme. Es una garantía de que no se imponga una dictadura. Llega un mierda de alcalde y manda quedarse en casa», exclama.

La difusión del vídeo no es la única medida que ha tomado el Tribunal Federal en el marco de su investigación a Bolsonaro. El viernes, De Mello pidió a la Fiscalía que analice la posible incautación de los teléfonos móviles del presidente y los de uno de sus hijos, Carlos, concejal en Río de Janeiro. Mientras, el Gobierno difundió una nota en la que aseguró que esa medida es «inconcebible». «Si ocurriera, sería una afrenta a la autoridad máxima y una interferencia inadmisible», apunta. Los partidos políticos rechazaron casi en su totalidad este comunicado y lo consideraron una «amenaza» a la democracia.

Por su parte, Jair Bolsonaro aseguró que «no hay indicios de su interferencia en la Policía Federal» y que se trata de una «farsa» orquestada por el exministro Sergio Moro, según recoge el diario local 'O Globo'.