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En los 31 años de democracia chilena nunca ha habido como hoy unas elecciones tan cruciales y al mismo tiempo tan inciertas y polarizadas. Por primera vez, las dos coaliciones tradicionales de centroizquierda y centroderecha que se han repartido el poder en las últimas décadas ... no son las protagonistas. Los favoritos en esta primera vuelta son un joven 'milenial' de ideología izquierdista, Gabriel Boric, y el ultraderechista José Antonio Kast, un nostálgico de la dictadura de Augusto Pinochet y fan de Donald Trump y del mandatario brasileño Jair Bolsonaro.
Con un 50% de indecisos del total de 15 millones de votantes, Chile se dispone a decir adiós al conservador Sebastián Piñera, cuyo mandato ha caído en picado estos meses, sobre todo a raíz de un escándalo denunciado en los 'Papeles de Pandora' que le involucra en la polémica venta de un megaproyecto minero en un paraísco fiscal. Pese a que esta semana ha sobrevivido al proceso de destitución impulsado en el Legislativo por la oposición, su imagen, ya perjudicada por el estallido social de octubre de 2019, ha quedado lo suficientemente dañada como para arrastrar con él al candidato del oficialismo, el exministro Sebastián Sichel, al que las encuestas no dan opciones para pasar a la segunda vuelta del 19 de diciembre.
Aunque son siete los aspirantes a la Presidencia, los sondeos coinciden en que se trata de una batalla a dos: entre Boric, de la coalición izquierdista Apruebo Dignidad que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista, y Kast, del ultraderechista Partido Republicano que fundó en 2019. Si bien los sondeos sitúan en primer lugar a Boric, ninguno de los dos lograría hacerse con el poder en primera vuelta.
Por detrás de Boric y Kast estarían en disputa por el tercer puesto el oficialista Sichel y la exministra y expresidenta de la Cámara Alta Yasna Provoste, única mujer que pugna por la Presidencia y última esperanza de un mermado centroizquierda. En la cola quedarían el polémico economista liberal Franco Parisi, el progresista Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés, del movimiento de extrema izquierda Unión Patriótica.
Boric, diputado de ascendencia croata y catalana de 35 años, exlíder estudiantil y candidato más joven de toda la historia de Chile, es un fiel defensor del bienestar social. En su programa aboga por asegurar una pensión mínima equivalente a 273 euros y un aumento de la cotización mensual, que recaiga sobre todo en el empleador.
Su rival más inmediato, Kast, de 55 años, casado, padre de nueve hijos y descendiente de alemanes, aboga por mantener el modelo ultraliberal de Pinochet, cavar una zanja para evitar la migración irregular, recortar el gasto estatal, bajar impuestos y combatir la violencia en el sur, donde existe un conflicto entre indígenas y forestales. Todo un contraste para un país que el año pasado encomendó a una asamblea progresista la redacción de una Constitución que borre la última huella de la dictadura.
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