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Corre el tren muy despacito

Hace años el tren era el medio de transporte preferido entre los ciudadanos de Zimbabwe. Pero el declive económico del país durante la presidencia de Mugabe se ha manifestado también en el servicio ferroviario. Algunos anhelan los viejos tiempos, cuando los trenes estaban llenos y llegaban a la hora. Hoy, los vagones están sucios y oscuros, las señalizaciones han sido pasto de los vándalos y son lentos; tan lentos que muchos prefieren desplazarse en taxi público o autobús pese a ser mucho más caros.

Martes, 9 de octubre 2018, 23:19

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Hace años el tren era el medio de transporte preferido entre los ciudadanos de Zimbabwe. Pero el declive económico del país durante la presidencia de Mugabe se ha manifestado también en el servicio ferroviario. Algunos anhelan los viejos tiempos, cuando los trenes estaban llenos y llegaban a la hora. Hoy, los vagones están sucios y oscuros, las señalizaciones han sido pasto de los vándalos y son lentos; tan lentos que muchos prefieren desplazarse en taxi público o autobús pese a ser mucho más caros.

Siphiwe Sibeko - REUTERS
Hace años el tren era el medio de transporte preferido entre los ciudadanos de Zimbabwe. Pero el declive económico del país durante la presidencia de Mugabe se ha manifestado también en el servicio ferroviario. Algunos anhelan los viejos tiempos, cuando los trenes estaban llenos y llegaban a la hora. Hoy, los vagones están sucios y oscuros, las señalizaciones han sido pasto de los vándalos y son lentos; tan lentos que muchos prefieren desplazarse en taxi público o autobús pese a ser mucho más caros.
Hace años el tren era el medio de transporte preferido entre los ciudadanos de Zimbabwe. Pero el declive económico del país durante la presidencia de Mugabe se ha manifestado también en el servicio ferroviario. Algunos anhelan los viejos tiempos, cuando los trenes estaban llenos y llegaban a la hora. Hoy, los vagones están sucios y oscuros, las señalizaciones han sido pasto de los vándalos y son lentos; tan lentos que muchos prefieren desplazarse en taxi público o autobús pese a ser mucho más caros.
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