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Los términos en los que se expresó Leopoldo García al ofrecer su personalísima versión de las negociaciones que viene manteniendo con la junta de la Banda de Música de Haro para tratar de poner fin a un conflicto que se viene prolongando ... desde hace ya más de año y medio, resultan ciertamente taxativos. El teniente de alcalde de la Corporación jarrera «espera llegar a un acuerdo (con la asociación cultural en la que están agrupados los músicos de la entidad) lo antes posible», apuntaba la nota de prensa emitida por su gabinete de comunicación y confirmó el edil regionalista en la rueda de prensa que ofreció durante la mañana de ayer.
Su comparecencia ante los medios no hizo sino avalar la información que ofrecía a sus lectores, esa misma mañana, este periódico, asegurando que su objetivo ha sido en todo este tiempo «intentar desbloquear la situación actual» que ha dejado a la ciudad sin servicio de Banda desde finales de noviembre de 2017, fecha en la que expiró el contrato suscrito con la agrupación jarrera.
El delegado provisional de la delegación (su socio Javier Redondo aseguró ante el pleno seguir ostentándola a pesar de haber presentado su renuncia a esa responsabilidad meses atrás porque la alcaldesa no ha ratificado formalmente su petición) vino a confirmar que los técnicos municipales trabajan en la redacción del nuevo contrato, que debería ser revisada por la secretaria general cuando regrese de vacaciones y podría ser presentada a los músicos a mediados de junio. «Creo que estamos muy próximos a un acuerdo que beneficie a ambas partes», apuntó García ante los periodistas. «Y para ello vamos a tener en cuenta las peticiones de la Asociación Banda de Música de Haro sin olvidar que debemos ser garantes del dinero público».
«El anterior contrato, que expiró hace meses, contempla una cantidad de 123.000 euros al año, aproximadamente un 1,2 por ciento del presupuesto municipal», detallaba en ese punto el comunicado redactado por su jefe de prensa, otorgando más precisión a la cifra económica que al periodo que ha pasado desde que finalizó la relación contractual entre ambas partes y no ha podido actuar, consecuentemente, la agrupación musical.
Con un matiz especialmente elocuente. García sostenía que el tripartito, a la hora de negociar los términos de un futuro acuerdo, ha optado por mantener esa cuantía. «Ahora trabajamos en la adaptación de las cláusulas, en base a las necesidades actuales y los músicos existentes, para evitar que tengamos que aplicar las sanciones», apuntaba el edil, haciendo hincapié en que «hablamos de cerca de 11.200 euros al mes, que es lo que les cuesta a los jarreros mantener su banda».
No es del todo cierto, o no lo será, de aceptarse los términos apalabrados. Los 123.000 euros anuales se ajustaban a una banda con un cuerpo mínimo de 47 músicos y ahora se habla de otro de no más de 24. Luego el coste final sería proporcional a esa reducción de componentes, matizaban fuentes de la agrupación cultural, porque el pacto acepta la consolidación proporcional de esa cifra, sobre la base de los 47 músicos iniciales, reduciéndola por lo tanto en funcion de los miembros que integrarán la plantilla mínima.
De aceptarse que fuesen 24, como parece probable, el coste se reduciría, de suyo, casi a la mitad.
Por lo demás, viene a resumir el comunicado del Consistorio jarrero, García se limitó a incidir en que «los contratos deben cumplirse y por ello, antes de rubricar un nuevo acuerdo, queremos tener garantías, ambas partes, de que todos vamos a poner de nuestro lado», explicó en su comparecencia de ayer. De ahí que agradeciese «la buena disposición de la Asociación Banda de Música de Haro» a la que pedía, no obstante y al mismo tiempo, «un esfuerzo extra».
«Mientras se mantienen las negociaciones», venía a desvelar el responsable del área de Cultura, «les hemos ofrecido una contratación para fiestas, pagada, y que ellos han rechazado, según nos transmitió Ascensión Alonso (presidenta de la junta de la entidad musical) en un encuentro y, posteriormente, la propia asamblea de la asociación» que reprochó, por boca de los doce integrantes presentes en la reunión, una oferta que consideraban una ofensa a la institución jarrera.
En opinión del concejal, sin embargo, «habría sido una buena solución hasta la firma del nuevo contrato, al igual que se ha hecho en Nájera. Pero ellos tendrán sus motivos para rechazarla», aceptó antes de garantizar que, a pesar de esa renuncia, basada en la desconfianza que ha acabado generando la actitud del tripartito hacia los músicos de la ciudad a lo largo del último año y medio, se mantienen «los contactos y las negociaciones para la firma del acuerdo definitivo».
El concejal de Cultura se mostró convencido de que «el diálogo, sereno y sin ruido, será el que encauzará la situación hasta llegar a buen puerto. Lo apuntaba en la confianza de que la próxima rueda de prensa que ofrezca para abordar este tema sea «junto a Ascensión Alonso para poder anunciaros que hemos llegado a un entendimiento. Hemos dado todos los pasos necesarios, en base a la legalidad vigente, para intentar llegar a un buen contrato para todos. Lo importante es ser cuidadoso con el dinero de todos los jarreros, que para eso nos han encargado su gestión».
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