La apertura, por todo lo alto, del Hotel Higinia

Escasamente un mes después, el 24 de enero, se anunciaría en el diario La Rioja, diciendo: «Gran Hotel Higinia, Haro. Inaugurará sus nuevos y magníficos locales, Vega 23 y 25, el día 1 de febrero. Magnífico restaurant, comedores reservados, montados con arreglo al último confort. Calefacción, cuartos de baño, garaje: el mejor de la población, por todos conceptos. Coches con personal de la casa a todos los trenes y servicio para viajes particulares».

El hotel abriría sus puertas a las 9 de la noche del domingo 1 de febrero, como figuraba en el anuncio, siendo invitadas distinguidas personalidades de la localidad para que asistieran al acto, organizando en su honor un banquete que revestiría verdaderos caracteres de acontecimiento gastronómico al servirse este menú (sic): «Oxteil. Potage Parisien. Saumón sauce Hollandaise. Poulet grain Mascotte. Gelantine de Poularde. File de Boeuf grain. Roti Cresson. Cardons au jus. Bomba glacé. Friuts variés. Deserts. Vins fins de Rioja. Champagne».

Pasados unos años, tras la dejación de Adela Chavarri, el 15 enero de 1935, Pérez de Nanclares solicitaría permiso para realizar una importante reforma en el edificio que había ocupado el Gran Hotel Adela, remodelación que llevaría a efecto el contratista mirandés Sixto Erquiaga, siguiendo el proyecto y la supervisión de su autor, el arquitecto municipal José Luis López de Uralde. La inversión ascendería a la importante suma de 27.785,21 pesetas. Existe desglose, pasando a denominarse Hotel Higinia al adoptar el nombre del ubicado en los números 23 y 25 de la calle de la Vega, que desde esta fecha daría lugar a viviendas, una de ellas ocupada, en 1948, por el odontólogo Luis Brox Blanco, quien, según nos informa su hijo Luis por haberlos conocido, contaría como vecinos con la pensión Elvira, que acogía a modestos toreros, veraneantes y otros transeúntes de cierta categoría, y la Pensión Juanita, algo más humilde. Los bajos estaban ocupados por la tienda de muebles de Pernas, una droguería y Calefacción Acha y, posteriormente, por el almacén de muebles de Donaciano Guerra.

El 20 de junio de 1936, según consta en el Registro de la Propiedad de Haro, María de los Ángeles Gómez de Arteche Ribota dejaría el edificio en herencia a favor de su hija María Luisa Gómez de Arteche, casada con Luis Beltrán Moctezuma Marcilla de Teruel y Liñán, Duque de Moctezuma y Marqués de Tenebrón. Pero el Hotel seguiría bajo el gobierno de Valentín Pérez de Nanclares hasta su fallecimiento el 1 de julio de 1939, a los 77 años de edad.

Tras su óbito serían sus hijos Consuelo, Julio, Marina y María Luisa quienes se encargasen de su explotación en un principio, ya que Consuelo abandonaría el grupo familiar para dedicarse a otros menesteres.

Esta regencia se prolongaría hasta finales de la década de 1940, ya que en 1947 se haría cargo de la misma Antonino Díez Malaina, anunciándose en el Programa de fiestas de Nuestra Señora de la Vega, diciendo: «Haro es ciudad ejemplar/ con vinos de gran renombre,/ tiene un hotel especial/ servido por dama y dama,/ y certifico además/ que no he dormido jamás/ en tan suave y muelle cama/ cual este hotel singular./ Hotel entre grandes viñas/ tiene por nombre el de Higinia/ y en él quisiera estar más. Hotel Higinia, propietario Antonio Díez. Gran confort, hermoso jardín, restaurante».