Tributo a Mariaro

La de María Rosario Arrizabalaga Urreta (1949-2021) no es una biografía al uso, y así se evidencia en las 262 páginas (en euskera y castellano) del libro presentado hace pocos días por la Asamblea de Mujeres de Ermua, titulado 'Mariarro'.

Esta obra, además de un tributo a esta ermuarra y su relevancia en la villa como mujer activista, feminista, ecologista y anticapitalista, «pretende también ser la creación de una historia propia, para crear nuestro propio relato y nuestra propia historia y genealogía feminista, para hacer frente a quienes desde las instituciones intentan apropiarse y aprovecharse de nuestro discurso y nuestros logros», explican las compañeras de Mariarro que han impulsado la elaboración de este libro, que como ya recoge entre sus páginas pretende «tejer memoria colectiva». «Queremos dejar nuestro relato de una mujer que en sí misma recogía tantas y tantas luchas», añaden.

De hecho, aunque este relato trasciende de lo local, ya que la lucha de esta activista se extendía mucho más allá de las fronteras de su pueblo natal, a través de estas líneas se puede conocer mucho de la historia política, social y, sobre todo, feminista, de Ermua en el último medio siglo. «Recogemos todo lo que ella ha supuesto para el pueblo de Ermua y para el mundo». «Es una historia en la que ella ha estado presente todo el rato. En este caso, la vida de una única mujer sirve para ilustrar muy bien lo que han sido distintas luchas de Ermua en los últimos 50 o 60 años, desde cuando estaba en la clandestinidad, contra el franquismo, hasta estos días», explica su compañera Begoña Fernández. Ella junto con Rosa Baltar han coordinado la elaboración del libro, escrito por Idoia Eizmendi y Aitziber Aginagalde, que han recogido los testimonios de una treintena de personas, que además han colaborado en este arduo trabajo de dos años, en los que también se ha investigado la documentación del Archivo Histórico Municipal de Ermua y otras publicaciones de colectivos locales.

La portada está ilustrada por Sonia García, con una más que acertada imagen de Mariarro, tejiendo redes con su hilo morado entre las manos. Está acompañada, en el interior, por 60 imágenes. La traducción ha corrido a cargo de Danelle Sarriugarte.

Sin duda, se trata de un libro hecho con mucho cariño, pero también con mucha consciencia, recogiendo gracias a la vida de la activista Mariarro el paisaje social y reivindicativo de un pueblo como Ermua. Aunque trasciende de lo local, ya que esta ermuarra se volcó también con otras muchas luchas fuera de las fronteras de la villa, entre las que cabe destacar su esfuerzo por que Ermua y Euskadi conocieran y contribuyeran en la causa de su amado pueblo saharaui. «¡Ella ha sido puente entre tantas luchas y tantos colectivos!. Encarnaba esa transversalidad de la que tanto se habla, llevando la teoría feminista a todos los ámbitos de su vida y sus luchas», manifiesta Fernández.

Ya se han distribuido los 150 ejemplares de este libro en papel, que ha contado con la subvención de la Diputación de Bizkaia, no sólo a las personas más allegadas, también a los centros educativos, bibliotecas y Casas de la Mujer cercanas, aunque desde la Asamblea de Mujeres advierten que también estará disponible en edición digital.

El shock que supuso la muerte repentina de Mariarro, por una fulminante enfermedad, fue el detonante de esta publicación, «que ha supuesto un proceso de colaboración de todas. Hemos hablado mucho y ha sido sanador», expresan sus promotoras. Quizá por ello, como expone su compañera Begoña, «el acto de presentación del libro y el brindis posterior, han sido unos actos muy íntimos, emotivos, pero muy disfrutones. Se ha pasado del duelo de la perdida al disfrute, al reconocimiento y a una construcción, porque, como dice el libro, la lucha continúa. Ella nos enseñó eso», aclara Fernández.

Según su compañera y amiga, «¡la de Mariaro es una figura muy importante y motor de muchas cuestiones en nuestro pueblo! Tiene sus luces y sus sombras, ya que habrá a quien no le haya gustado, pero nadie puede negar el efecto y la influencia que ella ha tenido en un pueblo como el nuestro. Es algo innegable», concluye Begoña.