«Es momento de abrirse a lo desconocido»

Y, es que la crisis del coronavirus ha dilapidado los planes de la mayoría de las personas. Se han cancelado viajes, eventos, bodas, reencuentros, reuniones, proyectos… De hecho, las personas emprendedoras se enfrentan de por sí a una gran dosis de incertidumbre cuando comienzan un negocio y cientos de preguntas rondan su mente. Las preguntas que plantea esta situación no son otras a las que se plantearon en este webinar: «¿Conseguiré hacerme un hueco en el mercado? ¿Podré ser competitivo? ¿Ofrezco un servicio o producto con demanda real? ¿Cuál es mi nicho de mercado? ¿Mis tarifas son adecuadas? ¿Mis valores de marca están bien definidos? ¿He desarrollado de forma eficaz mi identidad corporativa? ¿Cómo voy a comunicar? ¿Cómo voy a darme a conocer? ¿De qué presupuesto dispongo? ¿Cuál es mi competencia? ¿Cómo haré una gestión contable eficaz?» y un largo etcétera de otras cuestiones que se presentan. en el día a día particular, de cualquier persona.

A partir de aquí, Juan Carlos Martín Quicios, de la firma Dialektika Coach, trató de responderlas. «Las decisiones son tomadas en base a certezas, riesgo o ignorancia. Si se trata de un emprendedor, el riesgo se incrementa al no saber si vamos a acertar o no». decía Martín, que mostraba el ejemplo de unos ciegos en una sala con una silla, sobre la que se arrojaban unos balones medicinales, nuestras únicas herramientas, para tratar de detectar hacia dónde iba a desplazarse la silla tras el golpeo. «No sabes cómo va a ser el golpe y de la misma manera desconoces el futuro. Las decisiones se toman sin certezas». En esta dirección Martín apuntaba que «se requiere trabajar lo imperceptible. No sabes detectarlo. Después está lo inacesible. Como la situación ha cambiado tú sigues a lo tuyo. Hay que abrirse a lo negado. Hay que abrirse a nuevas posibilidades», consideró fundamental Martín.

De ahí que se juzgaba prioritario trabajar «desde lo inexistente como escenarios posibles futuros. Antes de la pandemia podía ser una solución y ahora quizás tengo que trabajarlo más en todos estos aspectos, pese la incertidumbre que se abren». A nivel personal, planteaba Martín que «es necesario la consciencia plena. Ver lo que siento y pienso son esenciales. Lo que pienso, lo que siento y hago.», dijo.

En este sentido juzgaba,Martín que «las primeras emociones son automáticas. No tenemos que negarlas. A veces sobreestimamos lo que va pasar. También pensamos en lo peor, en la catástrofe, con lo que las emociones vuelven a influir. Para ello debemos evaluarlas en el tiempo. Debemos buscar evaluaciones alternativas, sin encerrarnos. Viendo la situación no vale con decir 'no abro mi negocio'. Tenemos que buscar alternativas y ver los beneficios de impulsar otras variantes». Tampoco descartaba Martín, como «un mal momento» el actual «para emprender», una vez que se abren también nuevas posibilidades. «Conocí a una persona que trataba de crear ropa especial para personas mayores para que ante una caída no sufrieran. Era con un airbag. Pero cuando se desató la pandemia, diseñó, en lugar de eso, unos arcos de desinfección que han hecho que tuviera un prometedor mercado. Tienes que buscar lo imperceptible, con ello se demuestra que no es mal momento para impulsar negocios», explicaba Martín. Eso sí, el ponente aclaró que no tenía soluciones, ni recetas. «Es muy importante si el negocio es viable a medio plazo y reorientarlo, con el fin de concluir si nuestro producto tiene o no sentido, salida, u otro camino. Tenemos que tomar las decisiones a medio plazo», apuntó Juan Carlos Martín.

A este contexto inicial de desconocimiento e inseguridad, en la actualidad se añaden otra serie de cuestiones a la lista, ante la pandemia del Covid-19. Así surgieron otras preguntas: «¿Podré reunirme con mis clientes? ¿Cómo puedo exponer mis productos o servicios si no es de forma presencial? ¿Cómo puedo atender a las personas si mi negocio requiere presencia física? ¿Cómo haré llegar mis productos a la gente? ¿Cómo puedo trabajar de forma segura? ¿Cómo puedo organizar mi agenda si no sé lo que va a pasar?», y otro amplio abanico de dudas que se añadieron a las ya existentes.

Por todo ello, desde Ekingune justificaban la celebración del encuentro «porque los aspectos de gestión emocional de la incertidumbre es algo que como emprendedores nos toca convivir y sobrellevar al ser factores que escapan muchas veces a nuestro control. Eliminarlos no es una posibilidad, al menos hacerlo de la mejor manera. Aprender una serie de técnicas y tener recursos a la hora de enfrentar la incertidumbre, amplían nuestra mirada, reducen nuestra ansiedad y nos permite captar nuevas oportunidades, al tiempo que mantenemos nuestra mente abierta y nos permite equilibrarnos, etc».